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Mariola Sabuco

Opinión

Mariola Sabuco

De tabla rasa a embudo

Como me educaron bajo la prístina máxima de que todos no somos iguales ni debemos pretender serlo, nunca entendí el porqué del afán del conseller de Comercio, Rafael Climent, y del director general del ramo, Natxo Costa, para que en toda la Comunidad rija lo mismo en la apertura del comercio en domingos y festivos. La pretendida tabla rasa de Climent y Costa, ambos de Compromís, ha acabado en la práctica en un embudo por el que se deslizan favoritismos e inquinas políticas de índole personal, algo muy poco apropiado a la hora de gestionar lo público. La explicación de que en Alicante no pueda abrir el comercio en festivos a partir del 15 de septiembre, pero sí lo pueda hacer el de València no hay mente racional que lo entienda. Alicante, una ciudad turística, pasa, por decreto, de tener una zona de afluencia turística a ninguna, mientras València mantiene las cinco zonas de afluencia turística que tenía. Semejante despropósito no hay que justificarlo en el tradicional favoritismo hacia València. Es algo más prosaico. En la capital del Turia gobierna Joan Ribó, también de Compromís; mientras en Alicante lo hace Gabriel Echávarri (PSOE) a quien Costa no le perdona unos hirientes tuits que le dedicó. Por estas cuitas personales y de mero interés partidista, el Consell se permite la contradicción de invertir 22 millones de euros en la Volvo que sale en octubre desde Alicante e impedir que abra el comercio esos fines de semana para dar servicio al público que acude de todo el mundo al puerto alicantino. Eso es coherencia y buen gobierno.

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