Para el «homo herculano» los días de partido son siempre algo especial, no digamos si se trata del primero de la temporada. Ya desde que te levantas notas ese cosquilleo tan particular y te pasas la mañana como un león enjaulado sin ver el momento de marchar al Rico Pérez. Dos horas antes del partido ya no puedes más; eres la presa de las tres gargantas a punto de desbordarse, así que enfilas la puerta de casa mientras tu mujer, que no da puntada sin hilo, pregunta curiosa mirando el reloj: «¿Cariño, es que juegas tú?» Eso es amor.

Una vez llegas a la zona cero ya te sientes en tu hábitat; reconfortado y feliz de reencontrarte por fin con los que te comprenden. «Xarras» con unos y con otros, compañeros todos, mientras compruebas satisfecho el remozado aspecto de la tienda y el ambiente en las taquillas. Más tarde, las colas en los tornos terminan por emocionarte, sobre todo cuando te enteras que están causadas porque muchos abonos no funcionan y sus titulares tendrán que re-renovarlo en los próximos días. Eso sí, lo malo de llegar tan pronto al estadio es que disfrutas de la megafonía en todo su esplendor. Ese himno herculano llevado al paroxismo, mostrado en todas sus versiones y con orden expresa de repetir en bucle hasta que se caigan los cachitos de hierro y cromo. Todo sea por ahorrarnos unas perrillas de la SGAE. De verdad, no entiendo el desahogo de todos los demás clubs de España para no secundar la medida. En cuanto al partido, teniendo en cuenta que el césped estaba como el de mi urba y nuestra tradicional falta de acierto arriba, hay que dar por bueno el empate. Lo mejor sin duda la afición; el hambre y las ganas que demuestra por volver a salir en los cromos van a dar alas al equipo a poco que este responda. Estamos invictos y por encima del eterno rival por primera vez ?nadie me lo puede negar? así que la ilusión está a tope y en el Collao la peregrina no fallará; ya ha agotado las 244 entradas entregadas por el Alcoyano y a buen seguro que serán muchos más los que acudirán a la vera de la Font Roja para apoyar al equipo.

A falta de inversor chino, creo que Portillo ha mejorado al equipo con respecto a la temporada anterior. A mi modesto entender hemos ganado en portería, retaguardia, mediocampo, e incluso también hemos ganado en fondo de armario. Sin embargo queda un pequeño detalle: la delantera, ahí de momento mantenemos el empate. Esa dichosa falta de gol que planea siempre como una losa sobre el juego del equipo y que termina por generar el run-run en la grada; la maldición del nueve que nos persigue desde hace años y para la cual se mantienen dos líneas de investigación. Una apunta a que el gol se cotiza muy caro y en el club no hay más cera que la que arde, sin embargo yo añado una segunda posibilidad que asombrosamente ha pasado desapercibida para la mayoría: El Hércules nace oficialmente un 25 de octubre de 1922. Justo una semana después, Howard Carter descubre la tumba de Tutankamon. Aten cabos.