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Terror masivo

Lunes

CARCOMA

El nacionalismo suele ser inseparable de cierta incongruencia cultural y la falsificación histórica. Acerca del informe encargado por el Ayuntamiento de Sabadell que propone retirar a Antonio Machado del callejero por «anticatalanista», me sorprende que su autor no haya aconsejado que el Ayuntamiento requise todos los ejemplares de sus obras, los apile en la plaza mayor y prenda fuego a la montonera. Esta llama purificadora sería avivada por el resto de autores malditos mencionados en el informe: los sonetos de Quevedo, los discursos de Pasionaria y, ante todo, los grabados más tenebrosos de Goya como demostración insuperable de que algunas realidades superan la ficción. Dado que el vinilo es un acelerante idóneo, sugiero que la pira se alimente con la discografía de Serrat, cómplice amén de traidor por haber musicado al poeta. Afortunadamente, el alcalde ha asegurado hace unas horas «Machado se queda» como un Nerón condescendiente que alza el pulgar. Tal vez haya sufrido un corajudo ataque de lucidez, tal vez intuya que el disparate resulta excesivamente bochornoso incluso para el habitual matonismo lerdo del «procés». No sé qué pensará Lluís Llach de todo esto.

Martes

PSICOSIS

Decía Vargas Llosa que lo único que funcionaba en Perú eran Sendero Luminoso y la selección femenina de voleibol. Su correspondencia española son la Guardia Civil y los niños de San Ildefonso. En un gesto de asombrosa intrepidez, el Gobierno ha desplegado a doscientos tricornios en el aeropuerto de El Prat y, en un pase de revista, la terminal ha recuperado su aspecto de mercadillo atestado pero sincrónico. Salvo a la empresa, que hace caja sin merma del servicio, esto ha molestado a los apóstoles del caos: los huelguistas pierden una baza coactiva, la Generalitat un pretexto para acusar a Madrid de desinterés por los problemas catalanes y los turismofóbicos un ingrediente esencial de su campaña contra la invasión. Son reacciones coherentes en el ámbito de las flaquezas humanas; en cambio, intento imaginar qué tipo de virus puede haber provocado que el PSOE acuse de «esquirolaje» al Gobierno. La palabra «esquirolaje» no existe y esto es lo mejor que puede alegarse de un partido político cuya obsesiva adicción al mantra «antes muerto que con el PP» sin duda entusiasma mucho más a sus militantes que a los pasajeros varados en la terminal.

Miércoles

PRONÓSTICO ESTABLE

Se ha difundido un «ranking» en el que ninguna universidad española aparece entre las doscientas mejores del mundo y han cundido inmediatamente las reflexiones lúgubres. Aunque el índice es engañoso porque valora la calidad global del centro y no la excelencia en disciplinas específicas, los editorialistas han diagnosticado que en España hay demasiadas universidades y demasiados alumnos. Pueden parecer dos objeciones contradictorias, salvo si las premisas son que las universidades proliferan por motivos políticos y operan como agencias de colocación para allegados, mientras que la masificación afecta a determinados centros y titulaciones pero no es generalizada. A mí me preocuparía que las universidades españolas estuvieran entre las doscientas peores del mundo, no que sean incapaces de competir con centros inalcanzables por su opulencia. Entre las veinte primeras sólo hay tres universidades públicas, nuestra legislación impide a los centros adecuarse a los baremos del «ranking», se puntúa decisivamente la presencia de premios Nobel en los cuadros docentes y nuestros resultados no desmerecen los del resto de la UE. No es «cum laude», pero tampoco última convocatoria.

Jueves

CAPÍTULO FINAL

El Barcelona ha mimetizado tan fielmente el «procés» que derrocha el dinero en suplentes como Puigdemont lo hace en urnas. Haciendo justicia a la pregunta ontológica de los turistas (¿cuándo se duerme en España?), esta madrugada han jugado el segundo partido de la Supercopa el Real Madrid que cabalga sobre las olas y un Barcelona sepultado por el maremoto: una plantilla envejecida y sin relevo, una directiva gloriosamente inepta y despreciada por el vestuario, y una dirección técnica con una pasmosa habilidad para detectar a los tuercebotas más rotundos y ofrecerles contratos dignos de un jeque chiflado. La orgía millonaria en que ha degenerado el fútbol, sin los mecanismos correctores del deporte estadounidense para equilibrar la competición, penaliza severamente los errores estratégicos y convierte la frontera entre el protagonismo estelar y el papel de secundario de lujo en casi infranqueable como bien sabe mi Atlético de Madrid, resignado al estatus de tercero perenne con opción a la pedrea de títulos en años bisiestos y que consecuentemente ha acogido como accionista de postín al único millonario tacaño de toda China.

Viernes

CORTADORES DE CÉSPED

Así llama Al-Qaeda a los vehículos como armas de guerra. El ejército norteamericano utiliza la expresión «ataque por embestida de vehículo», pero fue ideada antes de que nadie imaginase que el terror masivo sería exportado a Occidente desde Bagdad y Kabul. Es preferible la terminología de Al-Qaeda ya que menciona la palabra clave, «guerra», que aquí preferimos omitir o adjetivar gratuitamente como «asimétrica» cuando lo esencial es que desde Moisés y el Mar Rojo cada bando combate con los medios y métodos de que

dispone o que considera más útiles. El atentado de Barcelona es el octavo que se perpetra en Europa desde julio de 2016 mediante este procedimiento diabólicamente sencillo y casi invulnerable a la prevención. ¿Prohibimos el tráfico en los bulevares? ¿Colocamos un bolardo en cada zaguán? Hoy publica este periódico la fotografía de un policía que sostiene a un bebé en brazos entre el tumulto de cuerpos abatidos, rostros aterrorizados y lo que parece la ruedecilla de un coche de niño a sus pies. Como un reverso macabro de la sonrisa de «La Gioconda», es el instante que explica todo sin decir nada.

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