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La banca extranjera se repliega en España

Las entidades extranjeras consiguen sólo el 7 % del negocio de un sector sobredimensionado en oficinas y con caídas de los márgenes financieros

Aunque el cuaderno de venta del Deutsche Bank España, una de las divisiones del gigante alemán más rentable en la historia reciente, ya está en las despachos de altos directivos de la banca todo parece indicar que la oferta resulta poco atractiva. La entidad tiene 700.000 clientes, una red comercial de 230 oficinas, 2.600 empleados y unos activos de 16.000 millones de euros. Sin embargo, el pastel es poco apetecible.

«Con unos márgenes financieros de la banca en España por los suelos resulta complicado hacer negocio y lograr beneficios a la banca minorista, otra cosa es la de inversión», explica el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director adjunto de investigación del IVIE, Joaquín Maudos. La red comercial está sobredimensionada y en manos del Santander-Popular, BBVA, Bankia, CaixaBank y Sabadell, lo que «complica mucho a las entidades extranjeras operar en el mercado doméstico», advierte el economista.

España es uno de los países de la Unión Europea con menor penetración de la banca extranjera ya que tan sólo representa un 7 % de los activos totales del sector. Nunca ha superado el 10 % del negocio, incluso en tiempos en los que operaban gigantes como Barclays, Citibank o el rescatado Lloyds.

Deutsche Bank quiere ceder a otras entidades su actividad minorista en España y Portugal . La matriz ha acometido una ampliación de capital de 8.000 millones de euros para replantear su estructura futura, que conllevará el cierre de sucursales y recortes de plantilla.

No es cuestión de precio la decisión de la banca española de quedarse o no la red del Deutsche Bank en España. El asunto es que los grandes bancos están inmersos en otras operaciones y movimientos tras las compras que han efectuado entidades como las presididas por Ana Patricia Botín o Ignacio Goirigolzarri (que ha comprado BMN), entre otras. Por tanto, necesitan vender más que comprar sucursales.

Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) se ha quejado recientemente de que en el Viejo Continente no se producen movimientos corporativos en el sector por trabas fiscales, legales y laborales de algunos países. Por eso algunos expertos sostienen que al mercado le vendría bien que algún banco extranjero entrara en el capital de la nacionalizada Bankia para abrir así el mercado a la competencia.

Si se confirma la salida del banco alemán del ámbito bancario español se entrará en una nueva etapa de repliegue de firmas extranjeras. Otra cosa es la actividad de entidades de inversión que operan en España y tienen su sede fuera de la Unión Europea como Credit Suisse, JP Morgan o The Bank of Tokio, que siguen ganando dinero y que en su conjunto lograron un beneficio de 49,1 millones de euros en 2016, un 30,3 % más según la patronal bancaria AEB. Los planes de la firma con cuartel general en Francfort deberán encajar con los nuevos planes de reestructuración tras la reciente debacle del Popular. Veremos.

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