La presión asistencial sobre las Urgencias hospitalarias continúa desbordada un año más, por lo que todo indica que la puesta en marcha este verano de puntos intermedios extrahospitalarios, que entran en funcionamiento cuando los centros de salud cierran y que deberían aliviar la sobrecarga en los hospitales, no está funcionando como cabría esperar pese a sus loables buenas intenciones. Si el hecho es incontestable, la razón de que ello ocurra no lo es, por lo que Sanidad tiene ahí una importante tarea por delante para determinar causas y soluciones, y me atrevo a sugerir que el primer paso debe ser el más fácil y precisamente por ello el más probable: averigüar si los usuarios han sido debidamente informados de la habilitación de esos PAS (Punto de Atención Sanitaria) extra durante estos meses estivales, pues seguramente no sea suficiente con anunciarlo para su difusión un día en los medios de comunicación y con colgar un cartelito en los centros de salud para que los ciudadanos cambien en un santiamén sus costumbres y certezas y sustituyan el hospital adonde acuden habitualmente -que es precisamente en el que confían y que suponen bien dotado de personal y medios- por un punto del que es muy posible que ignoren su existencia o desconozcan sus funciones y dotaciones para casos que suponen graves. Por ello no estaría de más que para el próximo verano los usuarios de la sanidad pública recibiéramos una carta de la conselleria donde se nos informara debidamente de lo que se ha puesto en marcha y de las garantías que ofrece más allá de la duda razonable.
