Aunque lo del 1 de octubre sea un farol, un buen jugador puede ganar la partida yendo de farol. A partir de ahora, y con la Diada por el medio, los promotores del gran evento (una especialidad catalana) tratarán de que el globo suba lo más posible, y acompañarlo de una pirotecnia visible en todo el orbe. Todo ello es un despropósito, empezando por hacer una Ley “suprema” respecto de todas las demás fuera de cualquier procedimiento establecido, pero así son los globos y la pirotecnia. El PSOE de Pedro Sánchez decía que por ahora era sólo teatro, pero eso era ignorar los poderes del teatro. Si el programa de la obra, por fantástica que sea, gusta al público, y éste para poder entrar inunda plazas y avenidas, el problema ya no será el teatro, sino las inundaciones. Recordemos que todo empezó con una gota fría de gente sonriente que de forma inesperada descargó un 11 de septiembre de 2012.
