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Francisco Esquivel

Tiene que llover

Francisco Esquivel

Parte de la familia

Confiesa que desarrolló mucho el intelecto porque pensaba «que mi cuerpo carecía de atractivo». Hace tiempo que me seduce Natalia Menéndez, mujer de teatro y directora del festival de Almagro durante los últimos ocho años. Con el tiempo recuperó parte de la visión del ojo derecho que perdió por un sarampión y, aunque para ella tener gafas era sinónimo de no pintar nada, descubrió gracias a Paloma Picasso que una mujer podía ser resultona portando pasta de colores en las narices.

Habrán notado que uno de los rasgos sobresalientes de la inteligencia de Natalia es esa vis cómica que la hija de su padre no puede evitar. En los sesenta, cuando la tele ejercía el influjo propio de las experiencias recién estrenadas, a Juanjo Menéndez lo conocía todo dios. Junto a Bódalo, Mary Carrillo, Jesús Puente, Elvira Quintillá, Rodero, Adolfo, las Gutiérrez Caba, Agustín González y algún que otro/a entraron en casa rodados porque llevaban muchas temporadas de teatro a las espaldas y enseguida formaron parte de la familia. Hoy son tantos, de todos los confines a los que acudimos que sí, que hay donde elegir hasta aburrirse, pero es una historia que nada tiene que ver con aquella conexión tan íntima. «Siento respeto y admiración por el pasado de mi profesión», señala esta mujer que lleva buena parte del trayecto viviendo entre los clásicos: «Aprendí cosas de todos los grandes. Me gustaban porque llevaban el culo pelado de trabajar, tenían la costumbre de reunirse, existía el gusto por la conversación... Ahora vamos cada uno más a la nuestra». Si solo fuera en el teatro, hija...

Pero a resultas de la introspección a la que se presta con Elvira Lindo, mi devoción aumenta de grado. Natalia Menéndez relata que, cuando a aquel hombre que tanto hizo disfrutar al público le salió al encuentro un largo Alzheimer, dejó entonces de actuar, se puso a escribir, pensó en dirigir y se dedicó a cuidarlo. Pese a toda la tela que le queda por cortar, no hace falta decir que ya ha escrito su mejor obra.

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