Esta mañana una vecina de Torrevieja me sugería este título para responder a la que definitivamente se ha acreditado públicamente como la reina del postureo. Torrevieja, ciudad de carácter multicultural y orgullosamente acogedora, tanto los pata negra que a ella tanto les disgusta, como los que libremente han de decidido vivir junto a nosotros, tenemos entre los dichos populares más recurrentes algunos que hacen referencia a que «¡Tiene más barra que Matapavos o más buche qu'el Pelele!». Y qué gran verdad.

Quien se permite el lujo constantemente de faltar al respeto a quienes no le bailan el agua y generalmente se dirige a los demás con altivez, lleva algunos días tratando de sacarme los colores por mi labor como vicepresidente de la Diputación de Alicante, en referencia a la relación de esta institución con Torrevieja. Por cierto, el pasado año 2016 han sido más de 3 millones de euros los invertidos en nuestra ciudad. Algo que ha sido desacreditado incluso por alguno de sus propios compañeros de equipo de gobierno recientemente, con la subvención a dedo concedida a las habaneras por 55.000 euros.

Si algo los torrevejenses van teniendo claro es que desde el Equipo de Gobierno, actualmente Cuatripartito, intencionadamente se está evitando tener una relación cordial y fructífera con la Diputación de Alicante. Fundamentalmente, bajo mi punto de vista, por dos motivos. El primero, el hecho de que está gobernada por el Partido Popular y el sectarismo de quienes mal gobiernan nuestra querida Torrevieja se lo impide. El segundo, es intentar desprestigiar a quien suscribe este artículo en una disputa política que en todo momento he tratado de evitar y que no tengo a mi alcance resolver, sencillamente porque dos no se pueden entender mientras uno se niegue a hacerlo.

A lo largo de estos dos años les puedo asegurar que han sido muchas las ocasiones que desde la Diputación de Alicante se ha tendido la mano de manera sincera, buscando colaborar en la mejora de las condiciones de vida de los torrevejenses y en ofrecerles mejores servicios. La respuesta, en los limitados casos que se ha producido, ha sido desde la frialdad y la distancia. En ningún momento desde el Ayuntamiento de Torrevieja se ha aceptado mantener una relación fluida que permitiera que la Diputación tuviera proyectos necesarios para Torrevieja, por si se diera la circunstancia de que surgiera un plan como es el denominado Vertebra. Le recuerdo a todos que el presidente de la Diputación lleva aproximadamente un año esperando una respuesta del que debería ser alcalde de todos los torrevejenses, para abordar de manera bilateral las necesidades de Torrevieja en las condiciones que éste decidiera, como así ha ocurrido en ciudades como Alicante o Elche (este último municipio ha conseguido un proyecto estratégico de un millón de euros), o la inexistencia de una solicitud por parte de la concejal de Turismo al Patronato de Turismo de la Costa Blanca, de proyecto alguno para la ciudad, ni por correo, por mail, wasap o llamada alguna.

Por contra, desde el Ayuntamiento de Torrevieja se mantiene una actitud absolutamente complaciente y servil con la Generalitat Valenciana, del Pacto del Titánic, pese a que con carácter sistemático le dan la espalda a la ciudad de Torrevieja. No les oigo reclamar a la Generalitat la finalización del proyecto del desdoblamiento de la N-332 que ellos mismos enviaron al gobierno de España. La doble moral y las dos varas de medir son características que definen a la perfección a quienes conforman y sustentan a un gobierno municipal, que todos debemos recordar está formado por menos concejales que los que componen el Grupo Municipal Popular.