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Hace 40 años nació un mito

Ricardo Tormo El 24 de julio de 1977 el piloto de Canals se convirtió en el primer piloto valenciano que subió a lo más alto del podio al ganar un gran premio del Mundial de motociclismo. Fue en el circuito de Anderstop. Ese día había nacido un mito, un gran campeón.

El 24 de julio de 1977 es la fecha más importante en la historia del deporte valenciano. Ese día por primera vez en la historia un valenciano conseguía pisar el escalón más alto del podio en un GP puntuable para el Campeonato del Mundo de motociclismo. Fue en el circuito sueco de AnderstopHasta entonces solo dos pilotos, el valenciano Paco González y el alicantino Pepe Medrano, habían conseguido la proeza de pisar podio, aunque nunca como vencedores.

Mucho ha llovido desde aquel lejano 24 de julio hasta que otro 24 de julio, pero 40 años después, Aron Canet , piloto valenciano nacido en la localidad ribereña de Corbera, en el circuito holandés de Assen, lograse el último triunfo conseguido por un piloto valenciano. Desde entones hasta hoy son pocos los deportes en que nuestros representantes hayan sumado más de 100 triunfos en pruebas puntuables para el campeonato del Mundo. Exactamente 103.. Además, a estas 103 vitorias hay que sumarle 8 entorchados mundiales. que son lo que los pilotos valencianos tienen en su palmarés.

Para aquella carrera había órdenes estrictas y tajantes de Paco Bultó. Tenía que ganar Ricardo y ningún otro resultado era válido. El título de pilotos difícilmente se le podía escapar a Ángel Nieto, ya que aventajaba a Lazzarini en 13 puntos. Pero Paco, hombre previsor, no quería sorpresas y no quería también el de marcas y aquí la situación estaba más complicada ya que tenía que cruzar la meta por delante de Lazzarini yDorflinger

Ángel tenía bastante asequible el que sería su sexto campeonato del mundo en la cilindrada mínima. ya que le bastaba acabar la carrera entre los ocho primeros. En cambio la situación en cuanto al de marcas se refiere era radicalmente distinta porque la firma que cruzase la meta por delante de sus rival sería la campeona. Era una lucha desigual ya que por un lado estaban Tormo y Nieto, con la presión de que el madrileño consiguiese el título. En cambio para el titulo de marcas solo valía ganar o ganar y Kreidler presentaba una potente escuadra con Lazarini, Dorflinger y Ritterberger, 3 pilotos más que capacitados para conseguir la victoria.

La climatología siempre caprichosa no quiso hacer un excepción aquel fin de semana y aunque Ricardo no lo decía si que se presagiaba que él prefería que la carrera se diputase con el asfalto mojado. Para tener toda la situación bajo control, desde Barcelona se había desplazado Juan Soler Bultó y gran parte de la plana mayor de Bultaco.

Los entrenamientos del viernes se celebraron con lluvia, en cambio los del sábado lo fueron en seco. «Mi deseo era que lloviese para la carrera, y a media que se acercaba la hora de inicio la lluvia cada vez era más fuerte. La salida se dio bajo un diluvio universal y desde un primer momento tuve claro que allí no valían estrategias. Era arrancar bien y dar gas a tope sin pensar en los demás. Hice una buena salida y abrí el gas concentrándome tan solo en mi pilotaje. En ningún momento volví la cabeza. Me sentí muy a gusto sobre la moto. Hasta el primer paso por meta, en ningún momento tuve conciencia real de la ventaja adquirida. Los mecánicos me marcaron que llevaba una ventaja sobre Lazzarini en ocho segundos (en una sola vuelta). A partir de ese momento tuve claro que el triunfo era mío y no se me podía escapar», dijo Tormo.

Después la locura. El podio , el himno y el cava. Quien vivió aquello no lo podrá olvidar jamás. Han venido muchos éxitos, pero ninguno como aquel y hoy 40 años después Ricardo Tormo sigue levantantando pasiones en la numerosa y fiel afición valenciana y luce con orgullo el honor de ser el piloto más querido por la afición. Basta con ir a cualquier circuito y ver el gran numento de pancartas que existen ensalzando su figura.

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