En lo kitsch decae el arte pero aflora el símbolo. ¿He leído esta frase?, ¿emergería de un sueño raro?. Bien, da igual. Anteayer una escena lúgubre y funeraria, que pedía a gritos el blanco y negro, se cruzó en la brillante y colorista escenografía del Museo Dalí de Figueres. Querría pensar (aunque no se) que de haber sabido Dalí que un día ocurriría esto vería otra razón para colocar su tumba en el centro del museo-panteón, pues el episodio se erige en soberbia instalación artística. También anteayer, unos raudos agentes de la Guardia Civil, con zapatillas deportivas, vaqueros, camiseta, mochila y embozo casero (bragas, al parecer), entraron en la Generalitat. El kitsch lo aguanta todo, incluso cuando la simbólica evocadora es penosa (si lo es, mayor efecto artístico). De no hablar de arte, sino de política, diría que ha sido un nefasto error de imagen; pero este billete va de arte.
