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Miguel Blesa no es Rita Barberá

"Miguel Blesa es Rita Barberá", dicen en la tele. ¿Lo es? ¿Ambas muertes pueden equipararse? ¿Tienen un origen común? ¿Se comparan porque ambas hunden sus raíces en la corrupción, porque ambas fueron causadas en último término por un acoso mediático y social que se cebó en ellos con idéntica saña e inquina, o porque ambos fallecidos sufrían graves problemas de salud que precipitaron el fatal desenlace? "La presión se cargó a Rita Barberá y la presión se cargó a Miguel Blesa", añade el autor de la frase. Parece que aclara a qué se refiere, pero no lo hace. ¿La presión? ¿Presión arterial, presión mediática, presión de una conciencia atormentada por la culpa? ¿Qué presión? La muerte de Blesa da paso a muchas consideraciones y debates, pero destaca la cortante frase "Miguel Blesa es Rita Barberá". Fue pronunciada como una acusación por Fermín Gallardo, amigo personal del fallecido, mientras estaba rodeado de cámaras y micrófonos de las grandes cadenas. ¿Qué debe hacer ahora "Informe semanal"? ¿Debería dedicarle a Blesa un reportaje tan vergonzoso y manipulador como el que emitió tras la muerte de Barberá, insinuando que los medios que investigaban la corrupción eran los responsables de su muerte? ¿Debería enmendar el error que cometió aquel día emitiendo tan ruin reportaje y realizar uno ahora más ecuánime que no estigmatizara la libertad de expresión que nos hemos dado? Veremos qué hace. De momento, solo podemos adelantar que, mientras no se demuestre, Miguel Blesa no es Rita Barberá. A falta de que concluya la investigación policial, no parece que ningún periodista haya disparado la escopeta que mató a Blesa. Y a falta de los datos de autopsia, no parece que Blesa muriera, como murió Barberá, de cirrosis.

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