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Desde mi terraza

Éramos pocos y...

...Y parió la abuela! En plena canícula el Senyor Marzá (es decir, el Honorable Conseller de Educació y Cultura) se ha convertido en el rey del verano. Les supongo hartos de oír hablar del decreto del plurilingüismo, que tiene en pie de guerra a la comunidad académica. Y el discutido decreto que ahora va a aplicarse de forma contundente, es legal porque se publicó hace cinco años exigiendo el conocimiento del valenciano para impartir clases; pero ¿es legítimo? El binomio legalidad-legitimidad comprende dos conceptos generalmente indivisibles, pero que en algunas ocasiones aparecen enfrentados; y tal es el caso. Porque la peculiaridad lingüística de la Comunidad Valenciana, convierte a esta tierra en una zona con dos lenguas bien diferenciadas, donde el castellano se convierte en lengua única en muchos lugares. De ahí la peligrosidad de la aplicación del decreto «a rajatable» porque dejará en la calle a muchos profesionales de la enseñanza, que no pudieron (o no quisieron, en su derecho) alcanzar los conocimientos suficientes y exigibles del valenciano. Se ha escrito mucho sobre ello, y por eso no insistiré porque lo que debe ocupar hoy mi columna es la reciente publicación de ayudas al teatro, en todas sus facetas, por parte del IVC, que deja fuera de toda ayuda a la programación del Teatro Principal de Alicante; y también a la Universidad de Alicante en cuanto a la organización de festivales. Como es lógico, dada mi vinculación con nuestro primer (y único) gran teatro, razonaré mi discrepancia: se da la paradoja de atribuir la negativa de ayuda a la programación a la condición de no ser el Principal un teatro público. A tal respecto conviene aclarar y recordar que el Ayuntamiento adquirió el 48% de la propiedad (hasta entonces en manos de unos cuantos propietarios privados) en el año 1984, quedando el mismo porcentaje en manos de la extinta CAM y un 4% en la Sociedad de Conciertos, entidad ésta que años más tarde donó sus acciones a cambio del usufructo vitalicio y gratuito del teatro para la realización de sus conciertos de música clásica. Y el teatro, que siempre fue jurídicamente una Comunidad de Bienes, quedó en manos de una entidad pública (Ayuntamiento) y una privada sin ánimo de lucro (CAM), propiedad esta última en la actualidad en manos de la Fundación Banco Sabadell. Resumiendo, el Principal adquirió la peculiar configuración de ser una entidad semipública, aunque a todos los efectos se ha considerado siempre como un teatro público, hasta el punto de que el Ministerio de Cultura lo incluyó en su ambicioso plan de restauración de teatros y haciéndose cargo del importante gasto para dotar al escenario de la dotación e infraestructura técnicas necesarias. Ya en aquel momento (año 1991) la Conselleria de Cultura participó a partes iguales con el resto de los propietarios en el mantenimiento de la sala, aportando durante varios años un tercio de la subvención asignada al teatro (los otros dos tercios corrían a cargo del resto de propietarios), aportación que se mantuvo hasta la llegada del Partido Popular al gobierno de la Generalitat, aunque el Senyor Camps mantuvo un tiempo la subvención, pero dejando comprometidas dos anualidades que nunca se hicieron efectivas, y que ahora reclama con todo el derecho Paco Sanguino, director del Principal. Sólo estas dos circunstancias serían en el ámbito jurídico creadoras de jurisprudencia, y también deberían ser suficientes para que el Senyor Marzá revisara la concesión de ayudas al teatro, y más en estos momentos de debilidad económica de nuestro ayuntamiento. Si desde su restauración este teatro se ha venido considerando como un teatro público, y de hecho lo es puesto que supone un gasto público para una programación teatral-cultural digna, no se entiende que ahora se apliquen criterios restrictivos. Valencia siempre consideró Alicante como «un grano en el culo» (con perdón), y nada más lejos de la realidad. Porque reivindicar lo que es justo es la actitud necesaria y recomendable para todo el mundo en un estado democrático. El señor Echávarri, nuestro alcalde, es la persona indicada para dar un golpe en la mesa, y decir que ya está bien...!

La Perla. «La democracia ha surgido de la idea de que si todos los hombres son iguales en cualquier respecto, lo son en todos» (Aristóteles)

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