Mi querido hijo: Se cumplen dos años de tu ausencia, para la que no estábamos preparados y que intentamos asumir para poder seguir adelante. No existen palabras para expresar el dolor y la rabia que nos causa no tenerte.

Quisiera poder aferrarme a la fe, envidio a las personas que encuentran consuelo en ella, yo la perdí cuando te fuiste. Es injusto que en nuestro futuro no estés tú.

El tiempo lo veo pasar a través de mis niños, son los que nos hacen reír y llorar, ellos son mi consuelo. Intentando que estés siempre presente, que te recuerden con alegría, que sepan cuánto los quieres y cuánto nos importan.

En el último año le han pasado cosas maravillosas a personas que querías y sé que hubieras compartido esos momentos de gran felicidad.

Siempre te has alegrado de lo bueno que le ocurría a los demás, por eso sé que estás en la mente y el corazón de todos los que te recuerdan en los mejores momentos de sus vidas, compartiendo alegría y sonrisas, esa maravillosa sonrisa.

¡Cuánto se te quiere, se te añora, se te extraña! Os doy las gracias a todos aquellos para los que Claudiosigue siendo parte de sus recuerdos más vivos.

Hoy se celebra la Entrada Mora en el Barrio de San Blas y desde lo más profundo de mi corazón quiero dar las gracias a Miguel Díaz, cabo de la Filá Magenta, por el gesto de cariño que tuvieron con mi hijo, que disfrutó de la fiesta desde niño y a todos les festeros que lo conocieron y apreciaron.

Tu madre.