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Rogelio Fenoll

Fortaleza musical

El sábado pasado ocurrió un hecho inaudito. Unas mil personas subieron al castillo de Santa Bárbara a disfrutar del concierto de un grupo del que seguramente la mayoría no sabía de su existencia quince días antes. Los promotores no esperaban tal avalancha y los responsables de las barras a duras penas pudieron atender la demanda de bebidas. El grupo era The Limboos. No fue su primera visita a Alicante: hace tres años tocaron en una sala con otras bandas y no agotaron las entradas, que costaban 10 euros. El concierto del sábado fue gratuito, pero no pretende este comentario censurar a los asistentes, pues para el siguiente concierto (Morgan, 14 de agosto) que la misma promotora ofrecerá en este espacio, y que será de pago, la venta de entradas va a muy buen ritmo. Desde hace 15 días los aficionados están adquiriendo los tickets para esa cita y, lo más llamativo, parte de las ventas proceden de Madrid. Y anoche Bebé ofreció un acústico para un público reducido con las entradas agotadas. Va a ser que el público potencial no busca tanto un grupo de relumbrón, o la gratuidad en la entrada -que siempre ayuda, por supuesto-, como disfrutar de una velada en un marco tan fabuloso como el patio de armas de Santa Bárbara una noche de verano. Pero tan atractivas pueden ser estas propuestas como desaprovechado está el castillo. Tenemos turismo gastronómico, de festivales, de golf... pero ¿por qué no le sacamos más partido a esta fortaleza como hacen decenas de localidades turísticas con sus castillos en verano, desde Cartagena hasta Perelada pasando por Peñíscola y sus festivales?

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