Un amigo, preocupado, dice que los otros días cuando llevaba en el coche a su hijo, había ido a buscarlo a la escuela, este le comentó que esa mañana un grupo de sus colegas y él se habían negado a besar a una compañera negra; por qué esa mañana no se besaron, lo ignoro. Mi amigo se enfureció, le riñó, poco faltó que le hiciera responsable de la esclavitud que sufrió África durante siglos y que de alguna manera hoy perdura disfrazada. La riña fue tan despiadada que el niño, siete años, lloró. Mi amigo entendió que se había pasado, que su hijo no inventó el racismo.

Intento explicarle, con algo de pedantería, fruto de mis cotidianas visitas a Google (me olvido de ir a la biblioteca municipal), que en el planeta apareció la vida hace más o menos dos mil millones de años, fue un proceso complejo y mucho después en algunos árboles en África, aparecieron unos animales que se habían organizado de manera jerárquica, un macho alfa, que mandaba a toda la tribu sin buscar ningún consenso, oprimiendo a hembras, crías y a machos jóvenes, que cuando el jefe se hacía mayor o enfermaba, se apresuraban a expulsarlo y/o matarlo; lo de matar al padre, en este caso, es literalmente cierto. Leo, en Google, que uno de estos jefes destituido, a los cinco años se le ocurrió volver, ingenuo, lo mataron y además se lo comieron. De ahí venimos y no de los bonobos, que bajaron de otros árboles en el Congo: cuando un macho se hace el macho, se juntan cinco o seis hembras y lo ponen en su sitio: no te pases, tu paternidad no te da estos derechos abusivos.

Mi amigo considera que cuando nacemos somos... buenos, grave error. En este caso conviene citar eso de la herencia recibida. De allí la importancia de la educación, de reprimir esa herencia que nos acompaña con tanta persistencia y no cualquier educación. Si papá cuando ve futbol en el salón grita negro de mierda... estamos educando. Cuando Zapatero logró aquello de la Educación para la Ciudadanía, cuando el Partido Popular llegó a la Moncloa, se apresuró, sí se apresuró, a eliminarla diciendo que era ideológica. ¿Es que hay alguna educación que no sea portadora de ideología?

No me corresponde hablar de este asunto con el niño en cuestión. ¿Qué pensará? Se preguntará qué le pasa a papá con las negras. El enemigo vive en casa, habita en nosotros mismos, aunque no nos demos cuenta. Cuidado.