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Apuntes

El Trinidad y el Stanbrook

El comandante naval de Alicante, José Ramón Vallespín, ha culpado a los «rojos locales» de la retirada del Santísima Trinidad por su deseo de convertir «esa esquina del puerto en un símbolo del republicanismo». Bueno... Enfrentar periodos históricos distintos con el fin de imponer ideologías personales nunca fue negocio recomendable. Vallespín cree que los rojos ofenden de este modo la imagen de aquel buque estrella de la Armada de Carlos IV, la máquina de guerra más grande de su tiempo, el denominado «escorial de los mares», símbolo en la batalla de Trafalgar que la flota española, añade por si fuera poco Vallespín, no habría perdido sino sólo empatado frente a los británicos, porque allí el único que perdió -sigue el comandante- fue Napoleón, en una opinión que posiblemente habría conmocionado a Pérez Galdós o a Pérez-Reverte. Para el comandante naval, todo eso viene porque los rojos quieren imponer en esa parte del malecón su historia de los «mártires de la libertad», en alusión (sin nombrarlos) a los trágicos acontecimientos acaecidos en el puerto alicantino durante los últimos días de la Guerra Civil, con miles de republicanos y sus familias hacinados en la dársena a la espera de un buque que pudiera librarles de las cárceles y las condenas a muerte que preparaban las tropas vencedoras a punto de conquistar la ciudad y de las que sólo se salvaron quienes pudieron escapar a bordo del Stanbrook, el último buque que zarpó de la España derrotada.Y uno se pregunta: ¿Qué tendrá que ver una cosa con otra? ¿Qué quería decir exactamente el comandante?Ningún muerto es mejor que otro. Ni siquiera en nombre de los honores militares de una nación. Aquí no estamos hablando de si las armas de Carlos IV salvaron o no la cara en Trafalgar ni de disfrazar episodios funestos de la historia de un ejército, sino de que hubo dos dramas terribles: el de las familias de los marineros que se ahogaron mutilados por la metralla en el mar sin lápidas ni salmos en aquel desastre de 1805; y el de la tragedia de aquellas familias que en marzo de 1939 buscaban sobrevivir a uno de los conflictos más aterradores que ha sufrido este país. Aquí sólo hay víctimas y perseguidos. Y punto.Por lo demás, la retirada de la réplica de la Trinidad en Alicante (que ni siquiera era un barco como el propio Vallespín admite) no ha tenido nada que ver con los homenajes que se rinden en memoria del Stanbrook, entre otras cosas porque en la primera de esas decisiones no han participado Echávarri, Pavón o Bellido ni tampoco, que se sepa, ningún otro rojo, morado o naranja de esta ciudad.Un apunte final. ¿Por qué ayer el PP de Luis Barcala eludió valorar las discutibles opiniones de Vallespín? Son curiosas las dificultades que siempre tienen los populares para encarar estos asuntos que en realidad son mucho más sencillos de lo que parece. Porque, ¿acaso no están los políticos para defender la democracia que los ha elegido?

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