Hace unos meses se celebraron en Orihuela unas jornadas para tratar el problema de las inundaciones y, a su vez, estudiar la situación de los regadíos de la cuenca del río Segura. Al finalizar la jornada del primer día, tomó la palabra Francisco Cabezas, ingeniero -redactor del proyecto del Plan Hidrológico Nacional, plan del que, posteriormente, siendo presidente del Gobierno, el señor Aznar, se llegó, en acto simbólico, a poner la primera piedra del Trasvase del Ebro; no obstante su sucesor en la presidencia del Gobierno, señor Rodríguez Zapatero, en evidente decisión errónea, a nuestro entender, dejó sin efecto el Plan Hidrológico Nacional, iniciando e invirtiendo ingentes cantidades de dinero en la construcción de desaladoras, sin tener en consideración que un metro cubico de agua, salida de una desaladora, tiene un coste superior a 1 euro y que, la misma cantidad de agua trasvasada no llega a los 0.2 euros; y ello sin tener en consideración el impacto ambiental que supone una desaladora.

No obstante de ser el último en tomar la palabra, y por ello con unos escasos 20 minutos, el ingeniero Francisco Cabezas nos expuso hechos e ideas muy interesantes. Hizo referencia a que, a lo largo de estos casi 40 años, con el agua procedente del Trasvase Tajo-Segura, se ha generado, en las provincias de Alicante, Murcia y Almería una gran riqueza, consistente en la transformación de un número muy importante de hectáreas de secano en regadío, así como la construcción de embalses, riegos por goteo, plantaciones de cítricos, etc? Y que prácticamente todo ello se perderá -el esfuerzo y trabajo de todos durante 40 años-, si se deja de recibir agua de otras cuencas.

Aunque aquí, en nuestra querida España -en la que ya casi no nos asustamos de nada-, hemos sido capaces de construir aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches, polideportivos sin deportistas, auditorios sin espectáculos, etc?, -y todo ello con un denominador común, que han salido carísimos y que una parte importante de los políticos que han intervenido en su gestión, han terminado en la cárcel-, lo más grave es que no han sido capaces estas obras de generar riqueza alguna.

El trasvase Tajo-Segura es de las pocas obras importantes que se terminaron con la llegada de la Democracia, que ha generado y está generando y creando riqueza. Durante más de 30 años está funcionando (aunque se pensó y construyó para trasvasar minimo 600 hectómetros cúbicos, objetivo jamás conseguido), si bien con el condicionamiento de la existencia de una reserva de 180 hm3 en la cuenca cedente, para autorizar el trasvase. Han pasado los años y los resultados económicos, constatados y palpables, han sido excelentes; pero esta reserva inicial de 180 hm3 en cuenca de origen, se aumentó a 240 hm3 y, últimamente a 400 hm3. Se podía haber puesto en 1.000 hm3, digo, con lo que, en la práctica, nos hemos quedado sin agua trasvasada y parece que, para nuestros políticos, esto no tiene importancia alguna.

Es conveniente sacar a colación que España tiene firmado un convenio con Portugal de enviarle al año 2.400 hm3 de agua; no obstante ello se le están mandando 7.000 hm3 al año; y, sin embargo, no somos capaces de negociar y acordar el trasvase a Alicante, Murcia y Almería, la cantidad de 600 hm3 al año, de acuerdo a las previsiones que se tuvieron en cuenta cuando se construyó el trasvase Tajo-Segura, -lo que nunca se alcanzó a lo largo de los años de su existencia- y lo que es sumamente grave, ahora y hoy, con la exigencia de unas reservas en la cuenca en niveles de 400 hm3, se hace imposible recibir ni una sola gota de agua. Ello está provocando que, paulatinamente, nuestras tierras y regadíos se vayan muriendo poco a poco. ¿Hasta cuando podremos resistir?. Y es curioso recordar cuando, no hace mucho, hablando del trasvase de aguas del Ebro, los «demagogos» de turno gritaban y decían: «Que nos roban el agua?,» y a estos mismos, en cambio, les parecía bien que, el agua sobrante del Ebro se echara al mar en Tortosa y, más tarde, se recogiera del mar en Torrevieja para desalarla.

Aquí, en la huerta, se dice una frase lapidaria: «A grandes males, grandes remedios»; y es por ello que, el regadío tradicional de las tres Vegas, conociendo el grave problema planteado a los regantes del trasvase, -que no reciben ni una sola gota de agua-, hemos aceptado que el agua de los Pozos del Sinclinar se les ceda, porque, en definitiva, vamos todos en el mismo barco. Pero esto es una situación extrema. Los pozos se agotan. Al próximo 30 de septiembre, posiblemente entraremos en la cuenca en emergencia. Si no recibimos agua de otras cuencas, nuestras tierras se mueren.

Creo que ha llegado la hora de estudiar el tema con seriedad. Estoy seguro que se puede conseguir agua de otras cuencas, Júcar, Duero, Tajo Ebro?, porque es mucho lo que nos estamos jugando y no debemos permitir que lo que nos ha costado conseguir con tanto esfuerzo, gracias al agua trasvasada, se pierda.