Siempre oí decir a mis mayores y he leído alguna vez, que las hogueras, su fuego, la fuerza y tintinear de sus llamas, en la noche de San Juan, y el mismo el 23 de junio, tienen una magia, ejercen un especial embrujo que si se sabe aprovechar se pueden conseguir alcanzar proyectos arrumbados, amores no logrados e, incluso, superar dolencias incurables. Se celebra el nacimiento de San Juan Bautista, próximo a un solsticio, que en el hemisferio Sur es el inicio del verano y al bautizar a Jesús, la magia de esa noche se extiende también al agua. Pero para alcanzar la bondades de esa noche mágica se precisan de rituales. Un simple papel escrito con el nombre de la persona amada o con un proyecto, colocado debajo de la almohada, puede convertir tu sueño y deseo en realidad. Saltar una de las hogueras que se encienden en la orilla del mar o adentrarte unos pasos en el mar, de espaldas y sin perder la visión de las llamas de la hoguera, se garantiza una protección especial durante ese año. También, alguna vez oí, que si pones un vaso o taza con agua de manantial, serviría el de una de las botellas de mineral que tendrás, sin duda, en casa, al relente, a la intemperie, en tu terraza o en tu patio de luz, y te lavas con ella la cara y los ojos a la mañana siguiente, al levantarle, el embrujo y magia del agua de esa noche, hará el milagro de realzar la lozanía de tu cara y la iluminación de tu mirada.

Y como yo creo en la magia de esa noche escribí mi papel, con mi deseo y lo puse debajo de mi almohada. Sí, sí, claro os lo contaré. Más bien son unas reflexiones y un deseo. Parto de la base que es muy sencillo ser corrompido en política. Pero la corrupción es odiada por nosotros y la perseguiremos hasta erradicarla. Pero los militantes de nuestro partido, integrante en la internacional Democristiana y formando parte del grupo popular del Parlamento europeo, estamos sometidos a otros parámetro y tenemos que responder a la imagen que el pueblo, y nuestros votante, se formó de nuestro Partido; porque cada conducta que no corresponda a lo que debe ser, cada manera de actuar que deje vislumbrar arbitrariedad, negligencia, perjudica a la totalidad de nuestra tarea. Cuando se gobierna no se trabaja para el dinero, ni para la gloria, ni para el honor. Se trabaja precisamente para el sacrificio, para qué otros reciban lo que nosotros vamos a hacer. Se lo leí un día al democristiano chileno Jaime Castillo y lo seguimos a pies juntillas.

Nuestro Pais se compone mayoritariamente, básicamente, de personas de clase media, trabajadores autónomos, empresarios de pequeña y mediana empresa, profesionales, funcionarios, agricultores, trabajadores técnicos o especialistas, que aprecian el éxito conseguido hasta ahora, con el esfuerzo que el presidente Mariano Rajoy les pidió, nos pidió, sabedor, con Maritain de que "solo el pueblo salva al pueblo". Y lo que he pedido a la magia y embrujo de la noche de San Juan no es otra cosa que sigamos defendiendo con fe nuestros valores del humanismo cristiano, la justicia y libertad y que hagamos mínimamente nuestro deber, Y así, no vamos a dejar de pilotar esta España nuestra, en la que, además, todos somos necesarios.

Que la magia y el embrujo de la noche de San Juan nos acompañe en nuestros deseos.