Existe un informe, elaborado por el Ayuntamiento de Elche, denominado «Población. Informes estadísticos anuales. Elche 2016» en el que aparecen diversas informaciones sobre las características de nuestra población.

Llama la atención un capítulo denominado: «Un tema para la agenda política. El envejecimiento de la población». En él se hace un estudio comparativo, utilizando datos del INE, Generalitat y del propio Ayuntamiento sobre la evolución demográfica en nuestro municipio en los últimos diez años contabilizados. En concreto en el período 2006-2015. Los datos son los siguientes:

Total de la población en Elx, en 2006 „> 219.032 habitantes.

Menores de 16 años „> 36.537 habitantes. El 16,68% del total.

De 16 a 64 años „> 153.993 habitantes. El 70,31% del total.

De 65 y más años „> 28.502 habitantes. El 13,01% del total.

Total de la población en Elx en 2015 „> 227.312 habitantes.

Menores de 16 años „> 39.499 habitantes. El 17,38% del total.

De 16 a 64 años „> 152.822 habitantes. El 67,23% del total.

De 65 y más años „>34.991 habitantes. El 15,39% del total.

Es evidente que, de acuerdo con el citado informe, en estos 10 años la población potencialmente activa (de 16 a 64 años) ha disminuido en 1.171 personas (el -0,8%), mientras que la población menor de 16 años ha aumentado en 2.962 (el 8,1%), pero la de 65 o más años suma 6.489 más, lo que supone un aumento del 22,8%.

Es cierto, y el informe también hace referencia a ello, que este decenio ha sido el más golpeado con la crisis y que ello tiene, entre otras consecuencias, cambios en la demografía ilicitana. Muchos inmigrantes, gente joven en su mayoría, han vuelto a sus países. Por otra parte, se constata un cambio profundo en la pirámide de población. Los grupos de edad en los que se concentra más población están entre 35 y 39 años, con 20.805 habitantes y, a continuación, figuran los grupos de 40 a 44 años y los de 45 a 49 años. Entre estos tres grupos suman cerca de 60.000 habitantes en total. Como curiosidad podría decirse que, justo a partir de este grupo de edad, o sea los 50 años, el número de mujeres supera al de hombres en todos los siguientes tramos, cosa que hasta entonces no había ocurrido, llegando al extremo de que, en el tramo de 85 o más años, hay más del doble de mujeres que hombres en Elx. Luego alguien dirá aquello de que son el sexo débil.

No hace falta ser estadístico para comprobar que hay un creciente envejecimiento de la población. Los grupos de edad, todavía activos, se acercan a la edad de jubilación sin que, por detrás, haya la suficiente población para una reposición adecuada.

Sin duda que estos datos nos trasladan un problema que surgió hace años, y no sólo aquí: la baja natalidad. Algo evidente en la sociedad, donde el número de hijos se ha reducido drásticamente. Ahora asoman esas situaciones y lo harán de forma más impactante en los próximos años. La sociedad ha cambiado mucho y la dinámica actual no facilita la maternidad. La gente joven tiene gravísimos problemas para encontrar trabajo. Más del 50% de los jóvenes no lo tiene y cuando lo hay es en condiciones de precariedad y casi de explotación. No pueden emanciparse y las mujeres están doblemente penalizadas ya que quedarse embarazadas en estas situaciones supone correr un riesgo cierto de perder el trabajo. Increíble a estas alturas del siglo XXI pero así es. Se tienen pocos hijos y, cada vez, más tarde. El problema se les traslada a los futuros abuelos que van sumando años antes de que lleguen los nietos.

No es fácil buscar soluciones, pero así tampoco se puede continuar. Los años pasan para todos. Con los datos en la mano se puede calcular perfectamente el envejecimiento futuro. Los que mejor lo han estudiado son los del Gobierno que no paran en aprobar medidas para dificultar la vida a todo aquel que se jubile o esté jubilado: subidas del 0,25% en su pensión; alargar la edad de jubilación (los 67 años parecen pocos para algunos), pedir más años de cotización, etc. En cambio, para facilitar que los jóvenes tengan trabajo y puedan formar una familia, qué pocas ayudas hay. Ya dijo nuestra ministra de Trabajo, doña Fátima Báñez, que siempre podrán salir al extranjero, que eso es «movilidad exterior» y ahí sigue de ministra, eso sí que es un milagro.

Todas las administraciones a todos los niveles deberían comprometerse a intentar invertir esta tendencia demográfica. El envejecimiento de la sociedad es un horizonte cada vez más cercano.