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Rogelio Fenoll

Apuntes

Rogelio Fenoll

Postureo

A Natxo Bellido y a los ediles de Compromís no les gustan las corridas de toros, pero sí les gusta recibir el aplauso del público. Como si vivieran en una red social en la que se busca proyectar la imagen más molona, los concejales de Compromís le dieron ayer al botón de «no me gusta» junto a Guanyar para tumbar la feria taurina de Hogueras en la Junta de Gobierno de Alicante. Guanyar, a la que no se le puede reprochar incoherencia en esta cuestión, se mantendrá en su negativa cuando se reúna hoy de nuevo la junta, pero Bellido rectificará: se abstendrá para arreglar el estropicio y permitir que se celebre la feria. El portavoz de la formación nacionalista no pretendía cargarse la feria, solo dejar claro que no le gustan los toros y menos que ese espectáculo sangriento se asocie a la imagen de su partido. El problema del portavoz no es que como concejal ignore que ese asunto debe llevarse a la junta, como indica el pliego aprobado por el gobierno municipal del que forma parte, ni que ponga en riesgo una adjudicación legal con indeseables consecuencias económicas para la ciudad y las arcas municipales, el problema de Bellido es que su acción política se ha sustentado exclusivamente en la búsqueda de un reconocimiento, que la única finalidad de su voto en contra era aparentar, la norma básica del postureo. Pero la insoportable levedad de su «no» de cara a la galería se queda en la más vacía de las virtualidades. El postureo tiene sus riesgos cuando de juego de redes pasa a estrellarse contra la realidad de la gestión.

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