No me apetece pero, poco a poco, voy haciéndome a la idea, porque no me queda otra, así es que conecto el portátil y me dispongo a estrujarme la poca sesera que -según algunos- tengo. Hoy es uno de esos días en los que no tengo ni idea de lo que voy a escribir, por lo que me encomiendo a Seshat, «Señora de los libros» y diosa egipcia de la escritura y la historia, además de protectora de las bibliotecas. Invoco al patrón de los «escribidores», me dispongo a aporrear las teclas y que sea lo que Dios quiera. ¡Ilumíname, y que el Señor te lo pague con una novia bien guapa!. De repente, como el que no quiere la cosa, me viene a la pelota que tengo encima de los hombros y que no suelo cubrir con sombrero -como mucho una gorra, porque ya se sabe que más vale una buena gorra que cien sombreros-, una «alucinación», en forma de «orgasmo literario» -¡ya quisiera yo!- o «diarreico». Hablo del reconocimiento que se ha hecho a Orihuela por el tratamiento que le damos al agua y por la recuperación del río Segura.

¡Me froto los ojos; no termino de creérmelo!. Entro en la hemeroteca del periódico y busco lo que se ha publicado últimamente sobre el ciclo del agua. ¿Será un sueño; una ilusión?. ¿Me estarán traicionando las ganas que tengo de ver el «Safe river» -río Segura, para los no iniciados en la lengua de Shakespeare- más limpio que una patena después de la misa mayor en la Catedral?. ¿Tendré que acudir a mi amigo Jaime Javaloy -oftalmólogo él- para que me diga si, como cantaban Los Gritos de Manolo Galván, en los 60, «veo visiones»?. Es que, no doy crédito, porque leo que Orihuela ha sido distinguida por la Fundación Fórum Ambiental como municipio sostenible por la gestión del agua y por las buenas prácticas medioambientales. Pero, ¿no decían los de Castilla-La Mancha que en la Vega somos unos «manifaceros» porque regamos «a manta»?. ¿En qué quedamos?. Pero sigo «r» que «r», ¡no tengo remedio!. ¡Creo que los del periódico se han debido equivocar, porque dicen, en un titular con letras de molde, como decía Enrique Mateo, exentrenador, que Orihuela ha recibido el «Premio Nacional Ciudad Sostenible en Gestión de Ciclo del Agua por la regeneración del río». ¡La madre que me parió; chico, chico!.¡Para, para, pariente; esto es un chute «mu» fuerte «pal» body!. ¡Siéntate y tranquilízate!, me dijo un amigo, que, en principio, pensaba que lo que me había «dao» era un bajón de azúcar. ¡No, tío; es un premio por tener el río como lo tenemos, lleno de mierda!. ¡Si estuviera bien nos harían un sitio en la Academia de las Ciencias Medioambientales del Mundo Mundial y parte del Extranjero!. Pero, ¡si no sé cómo tenemos patos en el «river»!.

Debo haber leído mal -fijo-, porque un grupo de voluntarios guardamarencos -me contaron que hasta setenta, incluido el alcalde- retiraron toneladas de mierda del cauce. Y todo porque la CHS, que es la que tiene la obligación de hacerlo, se lava las manos -como el grupo del Ecce Homo, que procesiona hoy- y no hace nada por limpiarlo. ¡La culpa la tienen 12.000 euros cochinos -dos millones de pesetas-, que es lo que, al año, cuesta limpiar la desembocadura!. Y me viene a la cabeza la cantidad de «perras» que el personal -¡léase políticos!- dilapida en «tontás» que no sirven para nada, mientras que para lo que realmente importa, como es el caso que nos ocupa, «no hay un duro». ¡Ah, y eso que Manolo Aldeguer -guardamarenco él- es el director general del Agua, nombrado a dedo por el bipartido que nos «desgobierna», PSPV-PSOE y Compromís, además de exalcalde de Guardamar y excomisario de aguas de la CHS, por lo que, aunque se haga el sueco, sabe quién tiene que limpiar la mierda que tanto daño hace. Pero, ¿verdad Manolo?, parece que, una vez más, se cumple lo de «dame pan y dime tonto» o «prometer hasta el meter y una vez metido olvidar lo prometido», porque en política no hay nada más fácil que decir lo que la gente quiere escuchar, al estilo «podemita», para luego no cumplir nada, aunque se sea, como es el caso de Aldeguer, el hombre fuerte del «lermismo» en la Vega. Por cierto, Lerma fue aquel presidente autonómico que dijo que la Comunidad «iba desde Vinaroz a Guardamar», olvidándose de, entre otras importantes poblaciones, Orihuela, Torrevieja, Almoradí, Dolores o Pilar de la Horadada. ¡Rabos de pasa, que son buenos para la memoria, es lo que hay que darle a un Lerma que hoy es senador, porque hay que seguir chupando de esa teta llamada Estado!. Lo cantaba Jesús de la Rosa (Triana), «ayer tuve un sueño, alto como el cielo, cuando desperté algo me quemó muy dentro». Y Maná, en ¿Dónde jugarán los niños?; dice «Recuerda un río transparente y sin olores/donde abundaban los peces». ¡Agua, pijo, esto es cuestión de agua!. ¡Hoy El Perdón!.