Parafraseando al popular y ameno programa radiofónico de los fines de semana de Radio Nacional de España, en Sax, el primer fin de semana de abril no se presentaba como uno cualquiera, sino repleto de actividades.

El conjunto de actos culturales y festeros (sin olvidar los deportivos) que se dieron cita durante el sábado y el domingo fueron una mezcla de nuevos proyectos, como las Jornadas Gastronómicas, y la representación de «Lisístrata», de Aristófanes, interpretada por alumnos de 4º curso del IES Pascual Carrión, con otros tradicionales y consolidados como los almuerzos festeros del primero domingo de mes, asambleas en algunas comparsas, el Homenaje a los Pajes en el Parque de los Príncipes y la inauguración de la Semana de la Salud.

Y este hubiera sido un fin de semana habitual en Sax en esta fechas, repleto de cultura y fiesta, ciencia y patrimonio, pero hubo algo más, un acto verdaderamente especial e irrepetible: el Concierto de Semana Santa, que lo convirtió en un fin de semana inolvidable.

Las dos horas del concierto que tuvimos el inmenso placer de disfrutar la noche del sábado, en la renacentista Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción de la Villa de Sax, supuso un hito memorable, pues en aquella maravillosa velada la música se convirtió en canal de comunicación entre el cielo y la tierra, con la capacidad de suspender el yo consciente y transportar al público asistente, que abarrotaba el templo, a un estado contemplativo que nos permitió alcanzar una experiencia emocional similar al misticismo, a la que contribuyó la espectacular sonoridad de la iglesia, cuyos planos se comenzaban a dibujar hace quinientos años, y a cuya labor de restauración fue dedicado el importe de la entrada.

Naturalmente, siendo el escenario importante, mucho más lo son los otros dos pilares del concierto: el director y la orquesta y coro. Para los que asistimos al concierto, fue un gran privilegio y un verdadero honor contar con la presencia del director sajeño Miguel Sánchez Ruzafa, director de la banda municipal de Granada desde 1983, primero de forma interina, y en propiedad desde 1992. A lo largo de su trayectoria ha dirigido varias orquestas de la geografía española. Es fundador y director de orquestas y coros como: Orquesta Sinfónica «Ciudad de la Alhambra», Banda Sinfónica «Ciudad de la Alhambra», Coro de la Ópera de Málaga, Coro Clásico de Granada, entre otros. Y ha efectuado diversas composiciones de marchas procesionales para orquesta, banda y coro.

Y, sin embargo, a pesar de su larga y dilatada trayectoria profesional, el músico sajeño confesó al inicio del acto que se enfrentaba al concierto más difícil de su vida, en la Iglesia donde fue bautizado y ante su pueblo, interpretando piezas de su bisabuelo, de su primer maestro y sus propias composiciones; y a la vez ante sus familiares y amigos de Granada, su otra patria.

En este magnífico concierto, presentado por Alberto Ochoa García, la larga trayectoria de calidad musical y humana de los profesionales de la Unión Musical y Artística de Sax se vio reforzada y multiplicada por la excelencia de las voces de la Coral Universitaria de Granada, cuyos componentes dieron muestra de la belleza e intensidad de la fuerza de su arte, destacando la soprano Aurora Palomar, la mezzosoprano Anni Raunio y la cantaora Verónica Carmona (sin olvidar al organista sajeño José Moya).

Tras una magnífica y grandiosa introducción, con una pieza titulada «Miércoles Santo en Granada», compuesta por Miguel Sánchez Ruzafa, y que supo transportar a todos los presentes a la íntima emoción de la semana santa granadina, comenzó la primera parte del concierto, dedicada a las composiciones de Pedro Estevan Alpañés, «el maestro Requinto», famoso músico y ebanistas del último tercio del siglo XIX, y director de la Banda de Música «La Primitiva», bisabuelo del director del concierto, y dedicadas a la Virgen.

En la segunda parte se interpretaron dos piezas religiosas del maestro Miguel Villar González, el primer maestro de música de Miguel Sánchez Ruzafa, quien ingresa en la banda de Sax en 1968.

La última parte fueron cinco marchas procesionales granadinas compuestas por el maestro Ruzafa para la Semana Santa de la ciudad de la Alhambra, cuya gran sonoridad y fuerza cautivó al público. Y finalizó el concierto con el Himno a Santa Eulalia, compuesto también por Miguel Sánchez Ruzafa en 2015, en conmemoración del 775 aniversario de la conquista de Sax por las tropas cristianas y del milagro de Santa Eulalia, primera patrona de Sax, con letra del poeta sajeño Aurelio Arnedo Fernández.

Y al finalizar el concierto, los asistentes, llenos de gozo y alegría, pudimos corroborar la cita de Aristóteles: «la música expresa los movimientos del alma».