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Francisco Esquivel

Tiene que llover

Francisco Esquivel

Extravagante coleccionista

Alguien ha apoquinado 5.000 euros en pública subasta para hacerse con el coche oficial utilizado por Paco Camps, un Audi 8 que data de 2005, con 554.000 kilómetros a sus espaldas. Desde que se supo no he podido quitármelo de la cabeza. Quién podrá ser, porque de un artículo de culto no da la impresión que se trate.

Puesto que la demanda de un mercado floreciente está asegurada, el principal problema con el que se topan las grandes casas de subastas reside en encontrar objetos. Desde ese punto de vista, concuerda con lo ocurrido. ¿Para qué se puede querer por el dinerito en cuestión un vehículo con ese recorrido en el que fijó sus posaderas el ínclito en multitud de ocasiones? ¿De qué es coleccionista el nuevo poseedor? Lo único que se me ocurre es que se trate de un estudioso interesado en preparar una tesis sobre él en el interior de la época de marras, aunque por lo general los estudiosos no es que transiten muy sobrados de recursos financieros.

Convengamos que vayan por ahí los tiros. Igual el interesado anda como loco por respirar la atmósfera que trastornó a aquel hombre que en su arranque aparentaba ser discreto. No puede olvidarse que los primerísimos pasos como presidente fueron los de no cogerle las llamadas al antecesor que le había propuesto para el cargo, y que puso a éste a doscientos por hora, lo cual tampoco es que fuera en especial llamativo dada la tremenda velocidad a la que se desenvolvió Zaplana en su Audi 8 blindado de 2001, con un coste de 302.000 frente a los 85.440 del de su sucesor, que precisamente no ha podido subastarse en esta convocatoria porque la reparación indispensable superaba con creces el precio de tasación. Así ha quedado el parque.

Creo que en casos de este perfil, sería de ley que el departamento correspondiente informase sobre la identidad del comprador aunque solo sea por lo escarmentados que estamos de ciertos conductores, de sus copilotos y de la legión de testaferros. Sorpresitas, las menos posibles, por favor.

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