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Joaquín Rábago

Llaman a la resistencia frente a Trump

No hay tiempo que perder frente a Donald Trump y los activistas llaman ya a la resistencia contra un presidente que no ganó el voto popular y cuya legitimidad muchos niegan.

Desde hace algún tiempo circula en Google tanto en inglés como en español un documento titulado "Indivisible: Guía práctica para Resistir la Agenda de Trump (www.indivisibleGuide.com).

En él se dan consejos sobre cómo organizarse, inspirados en las tácticas utilizadas en su día por el movimiento reaccionario "Tea Party" contra el presidente Barack Obama.

Señalan, por ejemplo, la necesidad de marcar de cerca a los congresistas - senadores y representantes-, que quieren siempre que sus electores tengan de ellos la mejor opinión y poder disfrutar así de buena cobertura en la prensa local.

"No permitas que los congresistas, a los que encanta cortar cintas y besar bebés (€), se vayan sin hacerles preguntas sobre el racismo, el autoritarismo y la corrupción", dicen los autores anónimos del documento.

Recuerdan que cada congresista tiene una o varios oficinas de distrito, y animan a los ciudadanos reunirse con ellos y, si se niegan a escucharles, a denunciarlos a todo el mundo.

"Organiza tu grupo local para abrumar con llamadas a tus congresistas en el momento adecuado y sobre temas específicos", aconsejan.

También recomiendan grabar en vídeo las reuniones con representantes y senadores, preparar las preguntas y coordinarlas con los distintos grupos.

A la campaña de resistencia se ha apuntado el profesor de Berkeley y ex ministro de Trabajo de Bill Clinton, Robert que ha lanzado su propio programa contra Trump bajo el título de "100 días de resistencia".

Reich anima a llamar por teléfono a los congresistas, además de dedicar tiempo a escribir cartas a los periódicos locales porque son secciones, explica, que lee mucho la gente.

También propone crear un nuevo canal en la red social Youtube donde dar testimonio de todas las acciones de resistencia y aliena a los periodistas de investigación a que indaguen en las actividades pasadas y presentes de los miembros del Gobierno de Trump.

Llama asimismo a boicotear todas las empresas de Trump y su familia, por ejemplo, hoteles y campos de golf, además de todos los productos que lleven su marca.

En el frente anti-Trump no podía faltar la conocida activista y escritora canadiense Naomi Klein, que se refiere a los nombramientos de Trump como "golpe (de Estado) de la gran empresa".

Klein critica en concreto los nombramientos del banquero de Goldman Sachs Steve Mnuchin para el Tesoro, del petrolero Rex Tillerson al frente de la diplomacia o del empresario de restaurantes de comida rápida Andy Puzder como ministro de Trabajo.

Militante también anti-Trump, la profesora de estudios afroamericanos de la Universidad de Princeton Keeanga-Yamahtta Taylor no acepta la fácil explicación de que la victoria de Trump se deba al deseo de venganza de los blancos tras los ocho años de Obama.

Eso significaría que los afroamericanos se beneficiaron de alguna forma del paso del primer negro por la Casa Blanca, pero no es así: un 38 por ciento de los niños negros viven en la pobreza, y el desempleo es el doble del que se da entre los blancos.

El racismo no puede servir tampoco de explicación cuando más de un 40 por ciento de los estadounidenses con derecho a voto no se molestan en ir a las urnas porque sienten que el sistema bipartidista no les ofrece ninguna alternativa.

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