Ya he dicho aquí que su Puerto y Alicante es causa y efecto.
Dice Serrat que necesitamos ir a ver el mar aunque sea un cachito, en un puerto.
Tal vez la zona de la Marina, demasiado urbanizada, impida hacer otras cosas en este entorno, vecino de la Explanada y colonizado por hoteles y eventos de vez en cuando.
Esos puestos de pescados y mariscos en el paseo, como en Calpe o en Cádiz quedarían aquí bien, si se cuida la calidad y se dan a restauradores adecuados.
Ya hay ejemplos de calidad como el kiosko Soho, donde Jesús hace un trabajo de nivel cada día. Es un lugar siempre cosmopolita y tranquilo a pesar del bullicio. El Dársena, con su magnífico lugar y su profesionalidad, mantiene un lugar destacado en calidad e imagen. María José, Pitu Perramón y su familia han montado, junto al Club de Regatas, otra de esas cosas que parecen demasiado buenas para aquí. Pero no es así, aquí también se aprecia la calidad, como la de su obrador de pan que abastece a sus negocios y que es un auténtico laboratorio de cereales levaduras y formas. Enhorabuena. Lo de Panoramis es inexplicable y lamentable. Es el mejor sitio del Puerto, cuyo entorno está pidiendo ser un eje comercial y de ocio más allá de lugares donde te asalta el camarero o donde unas espeluznantes fotos te ofrecen la espeluznante oferta para llenar el buche.
La Explanada siempre está dispuesta con su mosaico para acoger nuevas iniciativas, cosas nuevas, ideas... Me consta que se está en ello. Calidad, calidad y calidad son las claves. Hay que trabajar, hay que copiar lo bueno de otros puertos. Hay iniciativas muy buenas en España que serían transportables y en el mundo se multiplica el uso de espacios singulares para cosas singulares.
Debe ser un espacio de encuentro, de capitalidad, emblema de toda la provincia y lugar de bienvenida a todos. La Explanada está ahí esperando que los alicantinos piensen en ella y encuentren su belleza siendo bien cuidada y mejorada y promocionada.
El puerto, de infinitas posibilidades, espera ser catapulta al futuro como lo ha sido desde tiempo inmemorial. ¡Vamos!
