Leo que Carlos Ruiz Zafón, que es un escritor nacido en Barcelona y que vive en Los Ángeles, tiene entre sus pasiones reconocidas el cine y la literatura, en las cuales coincidimos, acaba de presentar su obra El Laberinto de los Espíritus, con la que cierra después de quince años su exitosa tetralogía titulada El Cementerio de los Libros Olvidados, y que la Editorial Planeta comercializa dicha novela identificando al autor como el escritor español más leído en el mundo después de Cervantes, y señalando que dicha novela revelará el desenlace del ciclo que comenzó La sombra del viento que es una obra de intriga y suspense que leí hace tiempo, y en la que, a través de la trama desarrollada, sus personajes se mueven en la primera mitad del siglo XX en la ciudad de Barcelona y desde la era de la revolución industrial hasta los primeros años posteriores a la Guerra Civil.

Y preguntado el autor sobre la idea que quería transmitir con su obra, señala que se daría por satisfecho si puede hacer llegar al lector el mensaje de que hay que cuestionarse la realidad y de que si cometemos errores que sean los nuestros, pues debemos vivir nuestra vida sin depender de la opinión de los demás, lo cual me parece muy acertado, pues si confiamos en nosotros y con un espíritu abierto podremos mantener una actitud saludable cada día, y esforzarnos en un proceso de superación en el orden personal, con lo cual ganaremos en valentía, generosidad y honradez, sabiendo además que lo que otras personas piensan de nosotros es su realidad y no la nuestra, y que para vivir no necesitamos el beneplácito de nadie, por lo que deben ser nuestras emociones y sentimientos los que prevalezcan, siendo capaces de creer en nosotros mismos, manteniéndonos felices y protegiendo nuestra vida interior.

Lo que enlaza con otras frases de Carlos Ruiz Zafón cuando dice que escribe porque desde niño le ha fascinado la narración, el lenguaje y crear mundos, y que escribir es batallar contra las limitaciones que uno tiene, con lo que estoy también de acuerdo, pues es cierto que la literatura como la vida implican una lucha, pero además un proceso de creación y de enfrentamiento con los obstáculos y dificultades que a veces se nos presentan, y en cuya superación encontramos un reto y el camino adecuado de la realización personal.

Y hablando de caminos cojo el mío, pensando en Ruiz Zafón y en la seducción que ejercen sus libros en tantos lectores, y sopla el viento, mientras me dirijo a mi librería favorita donde alguien, con una sonrisa, me dice déjame que adivine que libro vienes a comprar hoy. Y claro, le dejo. Y resulta que acierta.