La tragedia sobrevuela cada fin de semana los miles de partidos de deporte base que se disputan por toda la provincia. En apenas 10 días, dos chavales de 16 y 15 años han sufrido en Elche y Alicante sendos accidentes cardiovasculares que pusieron sus vidas en serio peligro y volvieron a alertar de la insuficiente seguridad sanitaria que amenaza al deporte formativo. Entre la voracidad recaudatoria de muchos clubes -que exigen altas cantidades a los padres y se llevan un pellizco de la cuota que pagan a las federaciones- y la falta de implicación de las administraciones públicas, muchos padres de Alicante se empiezan a replantear en serio la participación de sus hijos en competiciones deportivas en las que no se garantizan unos mínimos de seguridad. En el caso de Elche, el Ayuntamiento se ha comprometido tras el incidente que casi le cuesta la vida a Salva Martínez a que esté operativa una ambulancia para atender emergencias todos los fines de semana en la Ciudad Deportiva. Nunca es tarde. Y en Alicante, ocupados como están en su «caza de brujas» en la concejalía, quieren hacer lo propio si encuentran la fórmula idónea con una firma sanitaria después de la conmoción que sufrió el pasado fin de semana Pablo García. Sin caer en un falso alarmismo, Pablo, Salva y en febrero Aarón Soler en Elche ponen nombre a los miles de jóvenes que cada fin de semana se exponen a esta intolerable indefensión mientras padres, clubes y ayuntamientos ven pasar el tren. O la ambulancia.
