Unos 110.050 es la cifra de espectadores que ayer presenciaron en directo dese las tribunas del Circuit Ricardo Tormo el último GP de la temporada. En total fueron 202.505 los aficionados que se dieron cita a lo largo de todo el fin de semana (25.340 el viernes y 67.115 el sábado) en estas instalaciones de Cheste. No se trata de unas frías cifras ya que lo que estos números significan es que ha sido, de las veinte carreras que consta el calendario, a la que mayor número de gente ha pasado por taquilla. Se ha superado a circuitos míticos y legendarios como Brno, Jerez y Sachsenring. Circunstancia esta que en un pasado reciente parecía una utopía.
Estas cifras tienen mucho más merito si tenemos en cuenta que era el último GP de la temporada y se llegaba al mismo con todo el pescado vendido, es decir con los títulos decididos en todas las categorías y con el subtítulo en la categoría reina también. Una vez más la afición de nuestra tierra ha puesto de manifiesto el porqué está considerada la mejor afición del mundo. Y digo de nuestra tierra porque el Circuit Ricardo Tormo no es patrimonio exclusivo de Valencia, sino que también lo es de Alicante y Castellón. Hay que agradecerle a Gonzalo Gobert, el actual director de las instalaciones, que desde su llegada al cargo uno de sus objetivos prioritarios era vertebrar la carrera para los aficionados de toda la Comunidad y lo ha conseguido ya que alicantinos y castellonenses sentimos que el evento nos pertenece a todos, cosa esta impensable hace unos pocos años.
Este GP es producto de la ilusión y pasión por la moto de centenares de miles de moteros. el ambiente es único y el hecho de que desde todas las gradas se puede seguir integro el desarrollo de la carrera, lo convierte en algo distinto a los otros diecinueve que configuran el calendario.
Cheste es en pocos años se ha convertido en un punto de peregrinaje para todos los moteros ¿casualidad? No, aunque su pista es relativamente moderna, la pasión por las carreras se remonta a muchos años atrás, la Comunidad Valenciana es tierra de motos.
La caravana de Motogp ha visitado de nuevo unas tierras que respiran pasión por la moto, pese a que el motociclismo de alta competición ha hecho un cambio radical en un corto espacio de tiempo ya que no hace mucho era un deporte de caballeros, donde lo importante era disfrutar y sentirse libre, sin los focos de las cámaras y donde los intereses económicos no eran prioritarios.
