El último estudio hecho público por la ONG Transparencia Internacional (TI) sobre el modo en el que las administraciones públicas españolas publicitan los contratos y licitaciones, revela que Elche es la única gran ciudad de la Comunidad Valenciana que cumple la ley y garantiza la correcta difusión de los datos de contratación pública.

Los informes de dicha organización son un referente para conocer cuál es al grado de transparencia de los municipios y de otras instituciones públicas. En el caso de Elche, cumplimos todos los requisitos, tanto en el estudio hecho el pasado mes de enero como en el de julio.

Alcanzar este grado de transparencia ha sido un reto. Entre los objetivos prioritarios del nuevo equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Elche están tanto el impulso a la transparencia como a la participación ciudadana, aspectos vitales para superar pasadas épocas de oscurantismo.

Los sueldos públicos, la agenda municipal, los presupuestos, las grandes contratas e incluso las que no superan los 18.000 euros, se publican en la web municipal de transparencia. Es una manera de rendir cuentas ante los ciudadanos y de facilitarles una información clara y precisa sobre la gestión de su dinero.

La Ley de Transparencia de la Comunidad Valenciana se aprobó el 8 de abril de 2015 y el Ayuntamiento de Elche no demoró la puesta en marcha de su portal con el fin de abrir sus puertas y ventanas para que todos los vecinos puedan tener acceso a una información que, simple y llanamente, es suya.

Ahora, nos congratulamos de que Transparencia Internacional nos haya dado este espaldarazo, que nos anima a seguir trabajando en esta línea, y que se complementa con el impulso a la participación ciudadana, cercenada durante el gobierno del PP, y cuya restauración viene simbolizada por la recuperación del debate sobre el estado de la ciudad.

La transparencia es una herramienta eficaz frente a la corrupción, un verdadero antídoto contra los vicios de la administración. Avanzar en transparencia y apostar por las buenas prácticas es el camino que hay que recorrer para iniciar la reconciliación de las instituciones y los gobiernos con los ciudadanos.

El trabajo de levantar paredes de cristal en todas las administraciones públicas para que nada quede oculto en su interior, no solo lo estamos realizando a nivel municipal, sino que desde la Red de Entidades Locales por la Transparencia y la Participación Ciudadana de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), que tengo el honor de presidir, intentamos que no haya ninguna persona en el país que encuentre dificultades para acceder a una información de calidad.

Esta red ya cuenta con 220 ayuntamientos adscritos, tres comarcas (compuestas por 809 municipios), dos mancomunidades (formadas por 16 ayuntamientos), siete diputaciones, un cabildo y un Consell, que agrupan a cerca de 21 millones de habitantes, según datos del padrón de 2015.

Esta misma semana hemos dado un impulso a los objetivos de la Red de Transparencia durante una reunión en Málaga en el marco de las IX Jornadas de Modernización y Calidad de la Administración Local (JOMCAL), organizadas para tratar aspectos como la atención a la ciudadanía, la administración electrónica o las nuevas tecnologías.

Asumí la presidencia de esta red durante su primera asamblea, celebrada en Elche el pasado mes de mayo, porque tengo la convicción de que los alcaldes y alcaldesas desempeñamos un papel muy relevante en la mejora de la calidad de nuestra democracia y en la crucial batalla contra la desafección de la ciudadanía.

Vivimos tiempos de desconfianza y recelos de la política, de sus representantes y, por consiguiente, de las instituciones públicas. Una de nuestras principales herramientas para restaurar esa confianza rota ha de ser la apuesta por la transparencia y por la participación como pilares básicos de la gestión municipal.

En la sociedad de la información, los ciudadanos exigen estar mejor informados que nunca sobre los asuntos públicos. Y ese es nuestro objetivo, suministrarles datos precisos y claros sobre las inversiones de su dinero y acerca de la gestión municipal, además de invitarles a participar en la mejora de todo lo que esté a nuestro alcance. Solo así podremos enarbolar con orgullo las banderas de la transparencia y la participación, los verdaderos caminos para acabar con la lacra de la corrupción, constituir una democracia sólida y garantizar el Estado del Bienestar.