Cada jueves, cuando me desayuno con las cifras de audiencia, me sigue percutiendo como un mantra la cuota de pantalla alcanzada por Atención obras: 0'8%, 0'8%, 0'8%. Todas las semanas lo mismo. ¿Será posible que ni siquiera seamos 1 de cada 100 los que optamos por este lujo a nuestro alcance? El hecho de que el 99'2% de los televidentes rechacen de plano este rincón de buen gusto podría explicar no pocas situaciones del mundo en que vivimos, del lejano y del que ocurre en nuestra propia escalera.
En mi descargo puedo decir que no me he perdido ninguna de las 152 ediciones emitidas durante los últimos 4 años, a pesar de haberle puesto algún reparo que otro a las primeras, que trasladé a la dirección del programa. Tras quitarme algunos prejuicios decidí disfrutar de la travesía. Y en ello estamos, vibrando hasta donde se puede. Recibiendo estímulos. Leo Sbaraglia fue el último invitado antes del descanso estival. Esta nueva temporada ya han pasado por el plató Miguel del Arco, Elisabet Gelabert, Lucía Lacarra, Álvaro Tato, Philippe Jaroussky, Ángeles Caso, Julia Gutiérrez Caba, Espido Freire y Dani Rovira. Excepcionalmente, Cayetana Guillén Cuervo se desplazó al domicilio de Nuria Espert a hacerle la entrevista.
Viendo y escuchando todas ellas parece que estoy viendo la sombra de la subdirectora del programa, Arantxa Vela Buendía, primera disfrutona de esta aventura puesto que es la que coordina y planifica esta serie de encuentros magnos, cada vez más escasos de ver en nuestras televisiones. Es verdad que los artistas pueden ir a promocionar sus obras a Late Motiv, El hormiguero, Likes o Cultura en 24. ¿Pero qué es eso si lo comparamos con las plataformas de que dispone un futbolista para narrar sus cuitas? Qué duda cabe que la desatención del público, ese maldito 0'8% de los miércoles, no ayuda a que las cosas cambien.
