Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Un país dividido

Más allá de la capacitación de cada uno para analizar el tema, lo cierto es que no se habla de otra cosa. Y es que han despertado una expectación inaudita. Ni las tan ajustadas de 2000, que llevaron al texano republicano George W. Bush a la Casa Blanca tras vencer al demócrata Al Gore, vicepresidente en la era Bill Clinton, ni las también muy mediáticas de 2008, que convirtieron a Barack Obama en el primer presidente afroamericano de los Estados Unidos y para muchos europeos supuso la llegada de aire fresco a un Capitolio con una atmósfera cargada y enrarecida tras la invasión de Afganistán, la guerra de Irak o la prohibición del matrimonio homosexual, levantaron tanto revuelo. Esta campaña electoral para las presidenciales americanas pasará sin duda a la historia. Nunca antes un candidato había despertado tantas fobias entre los más de 300 millones de potenciales votantes que en teoría están llamados a las urnas, y digo en teoría porque en el país más influyente del mundo, en un referente universal de democracia, parece mentira que sean tantos los requisitos que tienen que acreditar sus ciudadanos para emitir su voto. Donald Trump ha conseguido, por sus formas, por sus propuestas y por su estilo prepotente de millonario antisistema inquietar no sólo a sus paisanos, sino a medio mundo. Lo normal sería que ante este panorama los demócratas se llevaran el gato al agua con holgura, pero es que Hillary Clinton no convence lo suficiente. Son muchos y, en particular, muchas las que le van votar como el mal menor. El país está dividido, sobre todo según la raza y el sexo. Clinton arrasaría en todos los estados si solo votasen los negros, mientras que Trump lo haría en la gran mayoría si fueran los blancos, igual que Clinton barrería entre las mujeres y Trump entre los hombres. Aquí en España los empresarios temen por sus inversiones y por sus ventas al gigante americano. Incluso el IBEX 35 respira aliviado cuando las encuestas vuelven a dar cierta ventaja a Clinton, que parece que coge aire tras la decisión del FBI de exonerarla por los famosos correos electrónicos, lo que ha merecido descalificaciones hacia la mismísima Oficina Federal de Investigación por parte de su singular rival. Así las cosas, habrá que esperar a las primeras horas del miércoles para saber qué ha decidido el pueblo americano, porque nadie se fía ya un euro de las encuestas después del referéndum de los británicos sobre el Brexit.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats