El debate sobre el estado de la ciudad celebrado esta semana nos ha permitido realizar una reflexión serena y constructiva sobre la ciudad y, al tiempo, dar la palabra al ciudadano, verdadero protagonista de esta iniciativa, para favorecer una mayor implicación de los ilicitanos en la vida política municipal.

Uno de los asuntos que, pese a no formar parte del enfoque inicial, parece haber suscitado mayor interés, ha sido el de IKEA. Es evidente que la densa polémica que arrastra la vecina ciudad de Alicante sobre la instalación de la multinacional del mueble tiene suficiente interés como para llevar a grandes titulares cualquier manifestación que sobre esta empresa se hiciera en el salón de plenos del Ayuntamiento ilicitano.

El nombre de la firma sueca lo introdujo la portavoz del PP al plantear que nos aprovecháramos de los «líos del tripartito» que gobierna la ciudad de Alicante para arrebatarle el proyecto de IKEA, un enfoque en línea con el «todo vale» con el que tanto se identifica el PP en esta Comunidad.

Como indiqué en el Pleno, considero que en este asunto es necesario ser prudentes. Nada tenemos que decir de la situación política de Alicante, pero es evidente que hay negociaciones de la multinacional sueca con particulares y con la propia administración local en los que no se debe interferir. Y, al mismo tiempo, advertimos que hay dificultades para encontrar el encaje jurídico-administrativo a su ubicación.

Ante ello, considero que el Ayuntamiento de Elche ha de tener una postura de seriedad y que no hemos de interferir ni enredar en ese proceso, como torticeramente se nos propone desde la oposición. Debemos estar atentos y, si finalmente IKEA decidiera abandonar su proyecto de instalación en Alicante, habría que ofrecer un espacio adecuado para que la provincia no deje escapar esa inversión. Siendo quizá, el entorno de la Institución Ferial Alicantina (IFA) una de las mejores ubicaciones alternativas posibles, dada su centralidad, accesibilidad y cercanía a un gran nudo de comunicaciones por carretera (A-7, A-31, N-332), al puerto, al aeropuerto y a escasos metros también de la línea ferroviaria que nos une con la Vega Baja y Murcia; y, ante todo, un espacio estratégico, ya urbanizado, situado entre Elche y Alicante, que juntas suman más de 600.000 habitantes y que despliegan una fuerte capacidad de atracción sobre una provincia de dos millones de habitantes. Esta es nuestra posición sobre un asunto que deseamos se resuelva de la mejor forma posible y sin que la provincia pierda una inversión tan importante.

Pero más allá de estar circunstancia, el debate nos permitió reflexionar sobre el intenso proceso de cambio, en las formas y en el fondo, que comenzó el 13 de junio de 2015.

Hemos afrontado un cambio de cultura política, que ha supuesto pasar de la dinámica del búnker del PP a los bolsillos de cristal, a las paredes de cristal, que diría el profesor Tierno Galván. Se acabaron los vetos y las listas negras, se acabó también la prepotencia y la opacidad y ha vuelto el trato digno y respetuoso hacia todos, piensen lo que piensen; también, desde luego, a la oposición.

Pero el cambio sustancial ha sido en el fondo, en las prioridades políticas, que bien se podría concretar en diez ejes fundamentales. El primero de ellos ha sido convertir la política social en la auténtica prioridad con el fin borrar la huella de la crisis en la ciudad, para ello dedicamos casi un 10% más de recursos a política social.

El segundo eje se centra en la conservación del Palmeral, la lucha contra la plaga del picudo rojo y su protección jurídica con la redacción de un Plan Especial. Otro de los pilares básicos es la reconstrucción de los servicios públicos municipales, otrora abandonados y que requieren de una inversión sostenida orientada a su mejora. La educación es el tercero de los pilares, con una inversión de más de 40 euros por alumno y año en conservación y mejora de colegios públicos este año.

En política cultural, la actividad cultural ha resurgido en la ciudad y se ha descentralizado llevándola a los barrios y pedanías. En movilidad urbana, potenciamos el uso de la bicicleta y la mejora de las líneas del autobús urbano y afrontamos el reto de mejorar la conexión con las pedanías. Por lo que respecta al urbanismo, vamos a comenzar la revisión del Plan General en 2017, bajo criterios de sostenibilidad.

La mejora de la vía pública y de la limpieza nos exige recuperar el tiempo perdido por los años de recortes y trabajar a fondo para recomponer el contrato. Asimismo, hay que destacar la tarea para recuperar el peso político de Elche. A diferencia del mandato anterior, el Consell hoy es un aliado estratégico de la ciudad y nos tiene en cuenta.

La reactivación económica y del empleo es una prioridad esencial. Los datos de Seguridad Social, paro y actividades económicas son francamente positivos; sin embargo, hay que huir de la autocomplacencia. Hemos de generar estímulos para la inversión y para la creación de empleo por la iniciativa privada. Con ese fin, estamos ampliando el Parque Empresarial en casi 600.000 metros cuadrados para retener y atraer inversión empresarial.

Hay mucho camino por delante y muchas necesidades por atender, y trabajamos con fuerza, determinación, ilusión y cargados de proyectos para convertir Elche en una de las ciudades con mayor bienestar, prosperidad y calidad de vida del Arco Mediterráneo español.