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Isabel Vicente

Ikea en un bucle

Desde luego a Ikea le debe interesar venir a Alicante porque si no, no se entiende que no nos haya mandando ya a tomar viento tras casi una década bailando la yenka. A Alicante parece interesarle también que venga Ikea, al menos a esos alicantinos que no dudan en desplazarse a Murcia un sábado por la tarde para comprarle un escritorio al crío y ahorrarse diez euros en la funda nórdica. Además, por estos lares no andamos sobrados de grandes empresas que paguen impuestos y creen empleo. El pequeño comercio de Alicante también parece dispuesto a admitir la llegada del gigante sueco tras borrarse del proyecto el macrocentro, y la Generalitat ha rechazado la cuestionable Actuación Territorial Estratégica, ATE, de Rabasa. Vale. Si a todos interesa, no debería ser tan difícil llegar a un acuerdo con la multinacional sin marear más la perdiz.

Dado lo viciado del proceso hasta ahora, quizá habría que partir de cero y empezar por plantearse la ubicación. ¿Hay un lugar mejor donde instalar Ikea o es Rabasa el adecuado? Si, debido a la cantidad de espacio y a su situación junto a la autovía, es Rabasa el mejor sitio, adelante; pero a estas alturas el proceso debería ser absolutamente transparente. De momento, la posibilidad de que la Generalitat compre los terrenos y luego los ceda a Ikea parece cuestionable. ¿De verdad hace falta que la administración se meta en estos fregados? Tampoco parece de recibo rechazar cualquier opción que se relacione, aunque sea de perfil, con Enrique Ortiz. Obviamente, de la llegada de Ikea a Alicante no puede resultar un pelotazo para Ortiz como propietario de parte de los terrenos de Rabasa, pero tampoco se puede rechazar esta ubicación simplemente porque él sea el dueño. ¿Le interesa a Alicante y a Ikea Rabasa? Si es así, a negociar con luz y taquígrafos, sin macrocentros anexos o dotaciones fantasma de dudosa realización que conlleven la recalificación de la zona para beneficiar a los de siempre. Pero tampoco se puede negar por negar simplemente porque Rabasa se asocie a pelotazo o porque la parcela sea de un empresario determinado. El pragmatismo, la seriedad y la transparencia son la fórmula. Sólo así podremos salir del bucle en el que estamos inmersos desde que la multinacional mostró interés por abrir en esta ciudad.

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