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Juan José Millas

Tierra de nadie

Juan José Millás

Espero la llamada

La distancia entre nosotros y la realidad es la que hay entre cualquier dependencia de la vivienda y el salón en el que se encuentra la tele. Hay más teles en la casa, de acuerdo, pero la del salón continúa siendo la canónica, aparte de la más grande. Mucha gente se pasó el último fin de semana sentado frente a la realidad política (concentrada en las desventuras del PSOE), con ligeros intervalos para ir al baño o a la cocina, a picar algo. Para que nos traigan el pedido del supermercado, todavía tenemos que hacer el esfuerzo de llamar, pero la realidad política te la traen sin pedirla. Basta con apretar un botón del mando a distancia. También puede llegarte a través del ordenador, abriéndolo, o del móvil, conectándote a la web que más te guste. Se tarda en llegar a la realidad lo que se tarda en recorrer el pasillo.

Quienes tenemos cierta edad recordamos aún la época en la que ibas tú a la realidad en vez de que ella llamara a tu puerta.

-¿Quién es?

-El pedido de la frutería.

-¿Y ahora quién llama?

-Le traigo el libro que solicitó ayer por internet.

Si quieres recorrer una ciudad de China, entras en la página correspondiente de la Red y te pasas la tarde yendo de un lado a otro, incluso puedes montarte en el metro.

La realidad, servicio a domicilio.

A las personas que el sábado pasado se hallaban a las puertas de la sede del PSOE, en la calle Ferraz, habría que pagarles por trabajar como extras de esa realidad que otros contemplábamos desde el salón. Daban mucho colorido al ambiente y proporcionaban al relato una verosimilitud increíble, valga la paradoja, además de hacer compañía a la prensa. Salir a la realidad, cuando no hay necesidad alguna de ello, debería tener algún tipo de subvención. Yo, que voy a por el periódico de papel todos los días, soy grabado por 15 o 20 cámaras entre la ida y la vuelta. Significa que animo un poco la calle. No digo que me den un sueldo, pero sí algún tipo de reconocimiento simbólico.

Espero la llamada de quien corresponda.

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