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Antonio Sempere

España es diferente

Pero qué caros se hacen de ver los créditos iniciales de las series de ficción españolas. Las cabeceras han pasado a la historia. Parece que lo que se lleva en la producción propia contemporánea es entrar directamente en harina, y dejar que los títulos sobreimpresionados vayan desfilando a pie de pantalla sin ninguna prisa. Sobre todo eso, con calma, con suavidad, sin molestar.

A mí siempre me ha gustado mucho estar al tanto de los créditos. Conocer al autor de la música, al de la fotografía y a los guionistas. Saber a ciencia cierta quién es el director de la serie y quién el director del episodio. Pues bien, algo tan sencillo parece tarea poco menos que imposible en la ficción que está de moda.

Para ejemplo, bien vale un botón. Arranque de la 2ª temporada de Mar de plástico en Antena 3. El hormiguero, como siempre, apura sus minutos hasta que el reloj marca casi las once menos cuarto de la noche. Por fin llega su final. Y arrancan las imágenes de la ficción con el recordatorio de lo sucedido en los episodios anteriores. En lo que se invierten, y no es exageración, varios minutos. Hasta que llegan las imágenes inéditos.

El rótulo Mar de plástico revela que ahora sí vamos a ver el nuevo capítulo. Pero un servidor, recordémoslo, está pendiente de no perderse los créditos. Actores, productores, foto, guión, producción, arte. Todos los apartados. Quienes los insertan no tienen prisa. Da la impresión que juegan al despiste. El episodio inicia su desarrolla. Los actores reactivan las tramas, y el espectador, lógicamente, queda enganchado a lo que ocurre ignorando esos títulos de crédito que, muy cadenciosamente, en cada secuencia, van colándose en la pantalla. Pasan varios minutos de las 11 de la noche cuando leo el nombre de Norberto López Amado como director. El episodio está arrancando. España es diferente.

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