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La ciudad color calabaza

Quién conozca Alcoy por los Moros y Cristianos, las peladillas, la moral del Alcoyano o las aceitunas rellenas y, desde luego, no haya visto la película «Balada triste de trompeta», pensará que es la ciudad color calabaza, si su perspectiva es la que ofreció el sábado TVE en la retransmisión de la Vuelta Ciclista a España. Lo cierto es que el conjunto de la provincia, pero muy en particular el territorio de interior, desde Alcalà de la Jovada hasta Aitana, pasando por Tollos, Benimarfull, Muro, Cocentaina y Alcoy, fueron protagonistas destacados de la emisión, sobre todo a través de las panorámicas captadas desde el helicóptero.

Desconozco qué invierte el gobierno de Francia en promoción turística, pero el Tour ofrece, más allá del deporte, una impagable perspectiva global del país, con especial énfasis en los puntos destacados -en general, ignotos- que en muchos casos el visitante potencial descubre boquiabierto. Algo así aconteció el sábado, donde los comentaristas -a veces un tanto monótonos en sus apreciaciones ciclistas- ofrecieron información muy precisa de iglesias y elementos arquitectónicos destacados, sobre todo castillos, iglesias y puentes, en el caso de Alcoy. Ni siquiera faltó la referencia al Fernando Reig, que ahora acoge «trabajos», que por cierto obligaron a desviar la prueba en esta ciudad.

Panorámicas bellísimas y recreadas en muchos casos, de manera especial con Muro y Cocentaina, donde no faltaron las referencias a Rafa Valls y Vicente Belda. Dos poblaciones compactas, sin apenas fisuras en su cascos urbanos y con una regularidad palpable.

Después, el helicóptero se dirigió a Alcoy, donde también hubo imágenes globales importantes, en general con una imagen favorable. Sólo el conocedor podía apreciar, por ejemplo, las ruinas fabriles en el cauce del río. Sin embargo, algo destacaba desde el aire, que quizá pudo desconcertar al espectador atento: el color calabaza de muchas fachadas en el centro urbano. El calabaza, el color del aislante de las paredes que trata de evitar el deterioro de los edificios que aún permanecen en el centro histórico.

Es la textura que indica que en el solar de al lado, en un tiempo, hubo un edificio que estuvo habitado y que en algún momento pasó a formar parte de la historia de la ciudad. Son los espacios que han quedado vacantes, a la espera de que la crisis pase de largo, si es que alguna vez llega a conseguirlo, que se recupere población, que haya demanda de viviendas y que se construya. Algún día, quizá.

La cámara, por un fallo de enlace -afortunado, diría yo- cortó y cambió el plano cuando el pelotón de escapados giraba del puente de Cervantes y enfilaba la calle Alicante, lo que evitó que todos los españoles conocieran la situación de la zona de Maquinaria Ceres, que ayer ya sólo tenía un carril abierto al tráfico -la dicha es efímera-, a la espera de que concluyan los trabajos de demolición.

En suma, una fiesta deportiva con una organización que merece el sobresaliente, tanto la general de la Vuelta como las particulares de las poblaciones que se vieron implicadas. De hecho, por Alcoy fue pasar la caravana, retirarse las cintas por la Policía Local... y aquí nada ha pasado.

Ayer tarde, el pleno de Alcoy debatía de turismo, que si es suficiente el plan que hay vigente o si hacen falta más... La realidad es que se podría promocionar junto al blanco de las peladillas y al verde de las rellenas, el calabaza del casco antiguo. Quizá resultara atractivo.

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