La reunión del tripartito de Alicante para remediar la vergonzosa suciedad que se vive en una ciudad turística que paga 4.000 euros por hora de limpieza se saldó con todos en sus puestos: el concejal de Limpieza que no consideró necesario interrumpir sus vacaciones y acercarse para ver cuánta razón tenían las quejas de los vecinos; la concejal de Sanidad que no actuó desde el primer minuto contra las ratas de paseo para horror de turistas y no turistas; la concejal de Turismo que no puso el grito en el cielo ni demandó a sus compañeros de gobierno una actuación contundente que acabara con el desprestigio de la imagen de Alicante; y la concejal de Protección Animal que defiende que se deje en los solares pienso que alimenta tanto a gatos como roedores. Ahí están, después de que el Ayuntamiento revelara que la población de ratas en Alicante es inferior a lo «recomendable». Pues sí, eso.
