Cada verano se convierten en los tristes protagonistas y llenan páginas y páginas de periódicos y minutos y más minutos de informativos de radio y televisión. Pero no por habituales podemos dejar de luchar contra ellos. Los incendios forestales, desgraciadamente, son dolorosas heridas que año tras año van dejando sus cicatrices en nuestros montes. Todos los esfuerzos por evitarlos son pocos. Y en esta provincia sabemos de lo que hablamos. Por eso son bien recibidas noticias como la de que el Consell ha incrementado este ejercicio un 21% el presupuesto para extinción de incendios forestales en el conjunto de la Comunidad Valenciana, lo que ha supuesto alcanzar los 82 millones de euros. En la provincia de Alicante son 856 efectivos los que se dedican a esta labor entre bomberos y forestales. En cuanto a vigilancia, el dispositivo dependiente de la Generalitat lo forman 122 personas distribuidas en 18 unidades. Pero además de los profesionales, cerca de 1.700 voluntarios integrados en 80 entidades vigilan este verano los montes de la provincia. Hombres y mujeres totalmente anónimos, pero a cuyos familiares se les hace un nudo en la garganta cada vez que tienen que acudir a enfrentarse a las llamas en un nuevo incendio. Personas que no dudan incluso en arriesgar sus vidas por intentar salvar una riqueza natural que no tiene precio pero que su valor sí saben apreciar muchos de los turistas que nos visitan cada año y que son la principal industria de nuestra provincia. Auténticos héroes contra el fuego. Por eso no deja de sorprenderme cómo es posible que todavía no se hayan depurado judicialmente las responsabilidades del trágico incendio de La Torre de les Maçanes, del que mañana viernes se cumplen cuatro años, y que costó la vida de un brigadista y un agente medioambiental, por decisiones que se tomaron de manera ilógica, según apuntan algunos de los testigos que estuvieron sobre el terreno. Los familiares de las víctimas expresarán mañana nuevamente su indignación por el archivo de una causa en la que aparecen tres imputados y que está recurrido ante la Audiencia Provincial. Esta misma semana, sin ir más lejos, dos incendios han puesto de nuevo el alma en vilo de vecinos y equipos de emergencia, uno precisamente en Torremanzanas y otro en el Montgó. La rápida intervención de los efectivos de extinción evitó males mayores. Prudencia por Dios, prudencia. Antes de hacer una barbacoa o tirar una colilla, piensen en esa gente que se juega la vida.
