Sintonizo con el cuarto capítulo de los 40 que componen la serie Curro Jiménez, y su visionado se convierte en un homenaje involuntario a tantos actores ausentes. Ésta es la enésima vez que TVE repone la serie (podríamos aplicar el término, en puridad, cuando hemos cruzado la sexta reposición y perdemos la cuenta; en ese caso es enésima). Pero se trata de la primera vez que sale en pantalla el episodio 'Aquí durmió Carlos III', protagonizado por Emma Cohen, después de su fallecimiento. También es la primera vez que se emite la tanda tras la desaparición de Paco Algora. Y por si fuera poco, la invitada episódica de esta entrega no es otra que Florinda Chico, interpretando a una posadera con su mismo nombre. Lo que unido a los rostros de sus protagonistas, Sancho Gracia y José Sancho, convierte la ficción en un desfile de desaparecidos.
Por lo demás, la recuperación de 'Aquí durmió Carlos III' nos muestra bien a las claras la puerilidad de unos guiones que, vistos hoy, apenas podrían ir dirigidos a esos locos bajitos que integran el perfil de audiencia del Canal Clan. Pensar que Curro Jiménez fue la apuesta del 'prime time' de los domingos durante dos años, con enorme éxito de público adulto evidencia cuán ingenuos éramos, y cómo hemos cambiado. O no tanto. Resulta que la emisión de La insólita y gloriosa hazaña del cipote de Archidona, mala donde las haya, dirigida por Ramón Fernández en 1979, se sitúa en lo más alto del ranking de Historia de nuestro cine, duplicando su audiencia diaria. Del mismo modo que ocurrió un día después con Qué gozada de divorcio, de Mariano Ozores.
Los datos no pueden ser más reveladores. A Historia de nuestro cine le quitas las entradillas, los coloquios, la contextualización, como acaba de suceder desde el 1 de agosto, y para colmo comienzas a programar títulos de tercera regional, y la audiencia sube como la espuma. Es la cruda realidad de la que no se libra ni el canal de la inmensa minoría. Cuanto peor (en calidad), mejor (en audiencia).
