La noche del pasado día 26 de junio tras saber los resultados electorales definitivos respiré tranquila y lo hice no sólo porque el Partido Popular ganó las elecciones sino porque la voz de un pueblo habló claro y alto en las urnas. Los ciudadanos españoles con sus papeletas dijeron con su voto que España no es radical, ni separatista, ni antisistema, ni revolucionaria. Esa mayoría silenciosa habló de forma contundente y sentenció que España es mayoritariamente moderada, que defiende nuestras costumbres y lo que nos identifica como nación y que, sobre todo, defiende la libertad por encima de todo. Esa voz mayoritaria votó al Partido Popular y esa voz popular debe ser escuchada, valorada y, sobre todo, respetada.

No se puede pedir a los españoles que vuelvan a votar por tercera vez y que su voz no sea escuchada porque a aquellos que han perdido las elecciones no les gusta lo votado. Señoras y señores, la grandeza de la democracia reside precisamente en el hecho de que se debe respetar lo que la mayoría decida porque la soberanía nacional reside en el pueblo y, en este caso, esa voz del pueblo ha sido más firme y esclarecedora de lo que lo fue en las elecciones del 20 de diciembre. Los últimos resultados avalan al Partido Popular y a Mariano Rajoy para que sea el próximo presidente del gobierno de España.

Consecuentemente y en mi humilde opinión, el político debe ser capaz de demostrar humildad en la victoria y grandeza en la derrota y ahora toca a aquellos partidos que han perdido las elecciones tener grandeza, altura de miras y responsabilidad política. Toca asumir la derrota y ocupar el lugar que los españoles han decido que ocupen de manera libre y democrática. Toca colaborar, toca ceder, toca facilitar un gobierno fuerte y estable que construya un futuro esperanzador para este país y para los españoles. Eso es lo que la ciudadanía espera ahora mismo de sus políticos.

La sociedad ha cambiado en los últimos años y los políticos debemos adaptarnos a los nuevos tiempos y a los nuevos retos que nuestros ciudadanos nos presentan y nos exigen. Ahora es momento de negociar, de pactar y de respetar. Ahora es el momento de sentarse con el de enfrente, es el momento de entenderse en beneficio de los ciudadanos y no de unas siglas políticas y de unos intereses personales. Ahora toca estar a la altura de las circunstancias y aceptar la voluntad de un pueblo que tiene claro lo que quiere para el futuro de este país: un gobierno del Partido Popular presidido por Mariano Rajoy y apoyado y supervisado por otros partidos. Y es que, al final, como popularmente se afirma, el pueblo es sabio y vuelve a tener la razón porque precisamente esto es lo que necesita España en este momento tan complicado y lleno de tantas dificultades y retos importantísimos tanto a nivel nacional como internacional.

Y ya para finalizar esta reflexión en voz alta, no podría acabar sin antes dar las gracias a esas miles de ciudadanos que forman y confían en el Partido Popular, un partido que es grande no por las siglas sino por las personas que lo forman que son las base y los pilares de este gran sentimiento que nos une. Me siento profundamente orgullosa de formar parte de este nuevo PPCV que estamos construyendo. Un partido lleno de energía, entusiasmo e ilusión con el que miramos al futuro. Un futuro en el que la libertad y no la imposición sea lo que guíe nuestros pasos. Libertad para hablar en la lengua que queramos, libertad para elegir el modelo educativo de nuestros hijos, libertad para defender nuestras costumbres y libertad para poder vivir mejor en esta gran tierra que es Alicante, que es la Comunitat Valenciana y que es España.