Recapitulemos poco antes de la cita electoral. Sánchez y los suyos dicen que no pactarán con el PP ni se abstendrán en beneficio de los populares. Rivera afirma algo similar. Da a entender que si Rajoy se borrara del mapa podría apoyar a ese partido. Iglesias pretende sumar con el PSOE, y éste defiende que unidos no pueden estar. Por tanto, ¿habrá unas terceras elecciones? No creo. Los giros, las contradicciones y la mascletà galopan y cortan el viento caminito de las urnas. Y en el instante clave, si las encuestas no se equivocan, Pedro se lavará las manos y Albert, para evitar nuevos comicios y por aproximación ideológica, dejará el sendero libre al grupo que desea mantener firme «el buen rumbo que llevamos», consistente en los sacrificios de una mayoría sin perspectivas de futuro. La auténtica recuperación de la economía no se debe apoyar en unos cimientos con los que buena parte de la población se ahoga y seguiría ahogada para que otros respiren desahogadamente. No es cuestión de «un nuevo ciclo de prosperidad», sino de sembrar las bases de un modelo económico que produzca una digna cosecha para todos en cualquier ámbito. La investigación y la cultura son imprescindibles. Rescatar los derechos agrietados por los recortes, los fraudes y la corrupción. La transparencia y la ejemplaridad no funcionan cuando están seriamente dañadas por los mismos que prometen imponerlas. No nos sirve ninguna forma de convivencia basada en la desigualdad de oportunidades o en una política no participativa. Ni un progreso sostenido por la insolidaridad. Se requieren otras recetas. Hace falta mejorar los servicios públicos, usar la escoba en las instituciones para limpiarlas y que sean de la ciudadanía. Mariano está a favor de lo que usted conoce. Sánchez pide un sí por el cambio. Los de «a la valenciana», Podemos, Compromís y EU, buscan «la victoria de la gente», quemar en la hoguera los despropósitos, y Rivera tira naranjas a Rajoy, aunque en el momento oportuno pondría la alfombra al PP para que continuemos encajando goles y avanzando por el callejón de las «mejoras reales».
