La puesta en escena de España en esta Eurocopa ha sido excelente y ha servido para reforzar la autoconfianza del grupo y disipar las dudas tras la derrota en el último amistoso ante Georgia. Se ha visto un alto nivel de juego y sacrificio en el equipo y el resultado final debió ser más amplio. Con un Iniesta estelar al mando, todo es más sencillo. Además, la defensa estuvo atenta y concentrada por el centro, con Piqué y Ramos muy seguros, mientras que los laterales Juanfran y Jordi Alba aportaron profundidad y velocidad en fase de ataque.

También Nolito fue de menos a más, una vez se afianzó en su estreno en un gran torneo, y ayudó por detrás del punta a agitar el juego con sus desmarques y su juego asociativo.

Sólo eché en falta algún disparo desde media y larga distancia porque España jugó mucho y bien, pero remató poco para todo el caudal de fútbol que mostró ante la República Checa.

Con todo, la victoria es muy importante porque empezar ganando este tipo de torneos siempre da un plus de confianza y seguridad a los equipos. Y tiene especial mérito porque España nunca perdió la paciencia e insistió hasta dar con el gol frente a un rival que defendía con dos líneas de cinco y todo su empeño era destruir. Mucho me tempo que en una Eurocopa con tantos equipos como ésta, quizás demasiados, nos podemos encontrar otras selecciones con ese mismo patrón de juego destructivo, pero, de momento, muy contento con el juego y el resultado de España. Éste es el camino a seguir.