Es difícil, aunque posible, que en política pueda llegar a sorprenderme algo, pero desde luego no lo han hecho las cuitas internas de Ciudadanos Alcoy, que cabalga a galope tendido rumbo a su desintegración, a su ruptura. «Como hace tres años», me decía un lobo de mar curtido en mil odiseas como es Fernando Pastor, recordando la ruptura que vivió el PP de Alcoy, que se quedó bajo mínimos en el salón de plenos. Ciudadanos corre ahora un grave riesgo de convertirse en «extraparlamentario» en esta ciudad, ya que la batalla en curso puede acabar con los cuatro concejales como no adscritos. ¡Menudo estreno!
Si los partidos «tradicionales», o «la casta» como dicen desde Podemos, que disponen de estructuras consolidadas tienen graves dificultades a la hora de mantener el orden, no es raro que los «nuevos», montados sobre la marcha con incorporaciones de aquí y de allí sean auténticos reinos de Taifas donde impera si no la anarquía, sí la improvisación, la inexperiencia.
Por estos lares, las cuitas de Podemos han sido de poca monta, pero Ciudadanos está jugando con fuego. La operación «Lucía Granados» puede acabar dejando al equipo de Rivera sin concejales en Alcoy, una ciudad en la que batió al otrora topoderoso PP en las municipales, lo que sería tremendamente disuasorio de cara al votante, quizá no para estas Generales pero sí para futuros comicios municipales. La nota de ayer, con los siete miembros de la ejecutiva negando que se hubiese censurado la gestión de la coordinadora Rosa García, me ha recordado los comunicados futboleros del lunes, en los que el presidente y la directiva reafirman su confianza ad eternum en el entrenador... que luego es cesado el miércoles.
