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Borrón y cuenta nueva

El miembro del Consell que propuso a Aracil, en un momento de crisis abisal, sabía lo que hacía. Experiencia de gestión festera, apenas tenía (como no cuente tener un hijo primer tro), pero sabía y sabe cómo tratar al próximo por su carrera como gerente sanitario, puesto conflictivo donde los haya (y si no, que se lo pregunten a su sucesora...) Ha pasado el tiempo, las circunstancias han cambiado y también cierta desazón por los estatutos y otras cuitas han acabado propiciando un final de trayecto, que obliga a hacer borrón y cuenta nueva. Hace año y medio, el ambiente enrarecido impidió candidatos propios y tuvo que intervenir el Consell, con acierto, algo que, por el bien de la institución, no debería repetirse ahora. La responsabilidad principal recae en la actual junta y sus apoyos mayoritarios en la asamblea, que deberían que dar el paso y ocuparse de que haya aspirante.

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