Las condiciones laborales en las que se desenvuelve un trabajador en una empresa, o en la propia Administración Pública, determinan que el nivel de resultados que se pueda esperar de los trabajadores sea positivo o negativo. Esta afirmación es una máxima que suele no respetarse con frecuencia en las organización de una empresa, negocio grande, mediano o pequeño y en la propia Administración.

No siempre la observancia de la regla de que el trabajador debe estar motivado y contento en su puesto de trabajo es algo que se ponga encima de la mesa de los directivos y gestores de recursos humanos como un fin. Pero los que sí lo ejecutan y llevan a cabo, que también los hay, comprueban en el balance de resultados que si han introducido políticas en su empresa o Administración tendentes a procurar que sus empleados trabajen a gusto en lugar de hacerlo a disgusto, el rendimiento ha mejorado y es mayor que cuando estas políticas no se implementaban.

Suelen fijarse como objetivos los de la mejora en la producción o en la calidad del producto o servicio que da la empresa o Administración. Pero no nos damos cuenta que ese objetivo debe pasar por que el empleado sea el que lo consiga con sus medios, con su trabajo diario y con su mayor disposición para rendir más y mejor cada día. No obstante, no nos damos cuenta de que la práctica y costumbre es no poner los mecanismos adecuados para que quien va a conseguir esos objetivos, que no es otro que el trabajador, esté contento, feliz y motivado para realizar su actividad laboral cada día. Porque si no lo está ejecutará ese trabajo como un mero acto mecánico y sin ilusión. Y si no se tiene ilusión en el trabajo y motivación, porque no te permiten tenerla, los resultados no llegarán nunca.

En muchos trabajos los trabajadores están mal pagados, trabajan muchas horas, estas no se le retribuyen en su totalidad, y la alternativa para estos es aceptar lo que hay o el despido. En estas condiciones está claro que los resultados no serán todo lo rentables y eficaces que si el trabajador tuviera un sueldo digno y peleara por lo que, al final, entiende que es su propia empresa, o Administración para la que trabaja, que le cuida y procura que realice su actividad en condiciones motivadoras para poder ser capaz de ofrecer un alto rendimiento. Suele decirse, por ello, que lo principal es tener trabajadores satisfechos, motivados y comprometidos con el proyecto y los valores de la compañía. Si están contentos dentro, hablarán bien fuera de ello y nada mejor que un trabajador que esté orgulloso de trabajar en una empresa para que quiera hacer mejor su trabajo y se muestre dispuesto a mejorar su rendimiento por sentirse partícipe de un equipo.

En el año 1984 se publicó por los periodistas empresariales Robert Levering y Milton Moskowitz un estudio que luego dio lugar a la empresa Great Place to Work, que anualmente analiza y diagnostica el ambiente organizacional de más de 5.000 compañías en 52 países con el propósito de identificar a aquellas que mejores condiciones reúnen para sus empleados. Con ello, son muchas las grandes empresas que procuran mejorar las condiciones de trabajo por tener claramente asumido las ventajas de que quienes están en las que reúnen los mejores índices de calidad en sus empleados obtienen mejores resultados.

Por otro lado, también se dice que trabajar en un ambiente agradable fomenta la motivación del empleado. Ésta es una de las conclusiones que ha obtenido Randstad después de hacer una encuesta entre profesionales de recursos humanos, de la que se desprende, además, una premisa que debe hacerse básica para empleadores y empleados: «un trabajador feliz es más productivo».

Con ello, podemos comprobar que las premisas básicas para que en cualquier organización se rinda más son: que el trabajador sea respetado económicamente, que se le motive, que se le reconozca cuando haga bien su trabajo, que encuentre herramientas para hacerlo mejor y que su lugar de trabajo sea idóneo. Citar por último los cuatro métodos que suelen marcarse para conseguir estos fines:

Maslow. También conocido como pirámide de Maslow o jerarquía de las necesidades humanas. Según esta teoría conforme se satisfacen las necesidades básicas las personas desarrollamos necesidades menos básicas.

Herzberg. Llamada Teoría de los dos factores. Según esta teoría las personas estamos influenciadas por dos factores, la satisfacción y la insatisfacción.

McGregor. Teoría X y Teoría Y. Son dos teorías contrapuestas, en la primera los directivos de las empresas creen que los empleados solo trabajan bajo amenazas y la segunda se basa en que los jefes creen que los trabajadores quieren y necesitan trabajar.

Locke. Teoría de la fijación de metas. Según esta teoría la intención de alcanzar una meta es básica para la motivación.

Si podemos en cualquier organización de trabajo darnos cuenta de estas premisas, y también a nivel político, las cosas funcionarían mejor.