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El golpe definitivo

Después de esto, ya nada será igual. Podemos seguir discutiendo de formatos -doble Gloria o representante único-, de derechos, de «fulla», de trajes más o menos distintos o iguales... la plena incorporación de la mujer a las Fiestas de Alcoy es una realidad imparable y definitiva. Hay en la vida milésimas de segundo, circunstancias en apariencia nimias que tienen una trascendencia épica y algo de esto tiene lo que ocurrió anteanoche en la Procesión General. Llevar a hombros la Reliquia de San Jorge no es desfilar en la Segunda Diana, hacer una «entradeta» o discutir de «coto i cau», es entrar en el territorio íntimo de la Fiesta, involucrarse no sólo en el apartado lúdico sino también en la devoción al patrón. Es decir claramente: queremos participar en lo que nos toque, en lo que nos corresponde. Recordaba un amigo en vísperas de Fiestas la vez que le correspondió, siendo caballero de un capitán, pasar el cepillo en la Misa Mayor, algo que jamás habría concebido, porque no lo incluye la lista que te dan cuando aceptas el cometido. Es la realidad de la Asociación de San Jorge y las Fiestas: la igualdad se reivindica para todo, no sólo para el lucimiento y la diversión.

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