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Antonio Sempere

En pocas palabras

Antonio Sempere

Una provincia inagotable

Pequeña pero matona. Con un territorio relativamente constreñido y diminuto, comparado con otras provincias, Alicante es infinito en su diversidad. Ya saben que el mismísimo Rodrigo Rato eligió para su retiro budista durante los días de Semana Santa un rincón de Pedreguer. O que Rafael Chirbes eligió como lugar de inspiración Beniarbeig.

Viene todo esto al caso porque hace pocos días encontré, en estas mismas páginas, una información en la que se hablaba de la formidable interpretación de Óscar Jaenada en Cantinflas, que llegó a las carteleras este fin de semana. Me detuve en un paréntesis necesario, pertinente, que aclaraba a los lectores ansiosos de verla que la película no había llegado a Alicante.

Cierto. La película mexicana de Sebastián del Amo no se coló entre los seis estrenos que podemos ver todavía en el extenso parque de salas de la ciudad y su comarca, ni en San Vicente del Raspeig ni en San Juan de Alicante. Pero, y es sólo un ejemplo, Cantinflas se puede ver en los cines Colci de Benidorm (el Colci, un templo de mi adolescencia). Del mismo modo que la película independiente producida por crowfunding por Miguel Santesmases, con apenas media docena de copias, Marid, above the moon se exhibe en los Cinemax de Petrer. Ese complejo, pegado a la autovía de Madrid, donde se cuelan los títulos más insólitos. ¿La película póstuma de Seymour Hoffman, El misterio de God´s Pocket? Allí se puedo ver. La infantil El inventor de juegos, estrenada en poquísimas salas, allí estuvo presente. Eso por no salirnos de las estrenadas en exclusiva este mes de abril. Otro tanto ocurre con los cines Roma, que se atreven a estrenar cine independiente de muy difícil localización en otros lugares. El cine de Ventura Pons, por ejemplo, que en Alicante ciudad se puede ver ahora gracias a la Cinemateca del Mediterráneo, sí se pasó en su día en el Roma.

Lo que quiero decir, al final, es que Alicante, a pesar de pequeña extensión, es inabarcable. Que en una provincia de dos millones de habitantes (sin contar turistas) hay de todo. Que falta vertebración, por supuesto, pero que a lo mejor debido a ello se han desarrollado polos comarcales o incluso ciudades que van un poco por libre, que cuentan con vida propia que resulta ajena a los capitalinos. ¿Qué sabemos de la agenda cultural de Rojales y Pilar de la Horadada, del Auditorio Teulada-Moraira, de las visitas de figuras como Gervasio Sánchez cuando no pasan por la capital?

La estancia de Rodrigo Rato a Pedreguer se ha conocido un mes después casi por casualidad. Pero hay miles de historias, de eventos, de gentes de las que tal vez no hablaremos nunca. Y son. Y están. Una provincia tan inagotable da para mucho.

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