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Desafinando la partitura del toreo

El viernes saltaba la noticia de que el Ayuntamiento, por acuerdo entre el alcalde socialista Gabriel Echávarri y el concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, tomaba la decisión de que la banda municipal de música actuara en los actos oficiales en los que viene siendo tradicional durante la Semana Santa y no lo hiciera en el pregón taurino. La explicación oficial marcaba el acento (puro eufemismo) precisamente en ese aspecto, el de los actos oficiales, y en la tradicionalidad del acto.

Ocho años lleva realizándose el pregón taurino, ocho, con la organización desinteresada de la Peña «Pacorro» y el respaldo del Ayuntamiento, que consiste en trasladar el concierto semanal de los domingos a un recinto (Las Cigarreras, en las últimas ocasiones) y darle contenido de música vinculada al mundo del toro y al de Alicante. Un acto siempre abierto al público, con notable asistencia (llenos asiduos) de todo tipo de vecinos de la ciudad, melómanos, taurinos y con cualquier otra inquietud que desearan acudir. Y gratuito, claro. Esto es, poco gasto extra (por no decir ninguno) por parte del consistorio, ya que solamente se cambia de ubicación la actuación semanal de los músicos. Así lo cuentan desde fuentes cercanas a la organización.

¿Dónde está el problema? En lo taurino. La moda animalista dice en estos tiempos que hay que estar en contra de la tauromaquia y todo lo que suene a ella, y con Pavón y Marisol Moreno al frente, el gobierno municipal está llevando a cabo su particular caza de brujas. Decir «gobierno municipal» no es decir solamente PSOE, pero también es decir PSOE, obviamente. ¿Es ésa una manera de gobernar «para todos los alicantinos»? No sé, que cada cual juzgue.

Siempre he mantenido que cualquier extremismo conlleva un sesgo prohibicionista muy negativo, una actitud de incomprensión hacia quien piensa diferente. Tan absurdo es considerar a una raza inferior a otra como asignarle a los animales derechos humanos.

Tras esa moda de animalismo «disney» estamos asistiendo en los últimos meses a incongruencias como que, en algunas localidades, entidades benéficas como Cruz Roja o Cáritas hayan declinado ser los beneficiarios de las bondades económicas en algún festival taurino. Repito: los animales por encima de las personas que, para mayor insensatez, más necesitan de esa ayuda (de aquí a plantear no comer carne hay un paso, que en algunos casos ya se ha dado). ¿Fueron unos hipócritas cuando sí aceptaban (y siguen aceptando en otros lugares) esa ayuda?

El tema de la banda hiere especialmente la sensibilidad de los ciudadanos alicantinos aficionados al toreo después de la reunión que la concejala responsable de la plaza de toros mantuvo el pasado miércoles con los aficionados. Allí aseguró a los representantes de las peñas que con la fiesta taurina en Alicante no pasaba nada, y que el partido al que ella pertenece, el PSOE, no tenía ninguna intención de impedir la celebración de ningún acto relacionado con la fiesta y no tenía planteado en el acuerdo de gobierno con Guanyar y Compromís nada que hiciera referencia a ello.

Cierto que no se aseguró explícitamente nada al respecto de la banda, sobre todo porque ese tema es competencia de la concejalía de Cultura, y que tampoco se ha prohibido expresamente el pregón de marras. Pero sí se hizo mención expresa en ese acuerdo consistorial del viernes a que la banda municipal no actuaría en el pregón.

Así que imagínense cómo se encuentra desde ayer el ánimo esos aficionados, tan alicantinos como los que más, después de conocer ese particular. Es de suponer que, dada la contigüidad de los acontecimientos, a la propia concejala Vara le haya pillado por sorpresa. No parece asunto de mayor gravedad con la de cosas que hay por tratar en la ciudad, cierto es, y a buen seguro que podrá haber alguna otra alternativa para que finalmente se dé el pregón en otras condiciones, pero la afición al toro siente ya todas estas «nimiedades» como una parte más de los ataques de esta guerra en contra de su libertad y sus derechos.

La solución se antoja complicada. Viene mostrando el personal del PSOE aparentes buenas voluntades, de concordia y mesura, para afrontar los retos que se le plantean, tanto a nivel local como nacional. Es un reto que tiene toda la izquierda, el de crear armonías, llegar a acuerdos, demostrar que son capaces de un gobierno para todos que respete a todos, sin ataques, revanchismos ni polarizaciones peligrosas. Sin desvestir unos santos para vestir a otros, vaya. Lástima que nos hayan tocado algunos torpes que quieran enfrentarse a tirios y troyanos para sacar rédito electoral a costa, por ejemplo, de desmerecer a los fieles de la Semana Santa o de la Tauromaquia. Tengan un poquito de altura de miras. A lo peor, algunos son sus vecinos y hasta sus votantes. Y con los mismos derechos que los demás.

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