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Segunda fundación

Los lectores que piensen que el asunto va de Isaac Asimov, al que fui devoto en otra época, se equivocan. No van por ahí los tiros, aunque evidentemente podría haber sido el argumento. Cuando leí a la señora Bonig, la adalid de Alcoinnova, su intención de refundar el PP de la tierra y cambiarle el nombre, no pude evitar la nostalgia, el retorno a los tiempos pasados (en la línea de «Cuatro corazones con freno y marcha atrás», de Jardiel Poncela), cuando AP se extinguió y nació la formación ahora marchita y con la gaviota a punto de estrellarse, al menos por estas latitudes «levantinas».

Eran tiempos, más a nivel municipal, en que esta formación estaba en la oposición y aún faltaba una década larga para que consumara el asalto al gobierno, en circunstancias que ahora no vienen al caso. El entonces todopoderoso Sanus estaba en la cúspide y los entusiastas populares bregaban como podían en los bancos de la oposición, con Antonio Font y Manolo Pérez Payá, después, como jefes de filas, y Paco Couñago, Jordi Sanchis, Mari Carmen Mira y Santi Botella, como militantes «históricos» destacados. ¡Quién habría pensado entonces que Mari Carmen acabaría en otro partido! Ni yo ni nadie, desde luego.

Los problemas con el PDP de Tino Silvestre y Mari Julia Miró se pudieron resolver, precisamente, con la «refundación» hacia el PP, en la que acabarían integrándose todos, de uno u otro modo. El que fuera presidente local Jordi Sanchis, ahora alejado del mundo político, recordaba estos días que para los que ya estaban afiliados el único cambio real fue el carné, que pasó de naranja a azul. Sanchis había entrado como edil en 1985, reemplazando a García Cantos, que dimitió, y más tarde fue el jefe local hasta que fue «sustituido» por Miguel Peralta, que protagonizaría la etapa más «gloriosa».

Entre todo esto, llegó Zaplana, proclamado presidente provincial el 28 de abril de 1990, con Miguel Valor como secretario general. Ambos, con Carlos Alcalde y otros, protagonizarían en Alcoy uno de sus primeros actos, en una imagen ya histórica con los desaparecidos Pérez Payá, Javier Vicedo y Enrique Sevila.

Era, en efecto, otra época. La de la primera fundación. Ahora se prepara la segunda. Quién sabe si tendrá razón Xavi Castillo y será «Ciudadanos» el nuevo nombre. Mala uva política no le falta al humorista alcoyano.

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