Hemos visto en la prensa que sigue abierto el debate de las lanzaderas del AVE a Benidorm, que parece preocupar y ocupar al Ayuntamiento de Alicante.
En el ámbito del transporte de viajeros, cuando hablamos de una lanzadera nos referimos a un servicio de transporte de un punto a otro, en sucesión permanente con el anterior. Pongamos un ejemplo: un viajero del AVE procedente de Madrid, podría disponer de un autocar que lo recogiese en la estación de ferrocarril de Alicante y lo desplazase a Benidorm, si este es su destino final; en este caso el autocar realizaría un servicio de lanzadera.
Este servicio de lanzadera, que no parece tan difícil, hemos sido capaces de complicarlo; aparentemente y en primer lugar no permitiendo que los autocares accedan a la estación de ferrocarril e incluso generando una cruzada alicantinista contra las lanzaderas a Benidorm.
Como solución, alguien propuso que se estableciese una línea de autobuses urbanos entre la Estación de Ferrocarril y la Estación de Autobuses; en este contexto, un viajero toma el AVE en Madrid, que tarda 2:15 en llegar a la estación de Alicante, toma su equipaje, lo sube en un autobús urbano que lo deja en la Estación de Autobuses, en 20-30 minutos (?), este viajero con su maleta, si la lleva, tiene que subir a la primera planta de la Estación de Autobuses a comprar su billete y ya puede subir al autobús que lo lleva a Benidorm. El sentido común nos indica que resultaría más lógico que, en la propia Estación de Ferrocarril, este viajero pudiese abordar un autocar con destino a Benidorm, sin tener que perder al menos 20-30 minutos; sin embargo aquí siempre aparece alguien poniendo las cosas difíciles.
En ocasiones, desde este mismo medio, nos referimos a la intermodalidad en Alicante, de cómo nuestros planificadores han sido capaces de conseguir, en fechas recientes, que las estaciones de Ferrocarril, del Tranvía y de Autobuses estén bastante céntricas pero colocadas en los vértices de un triángulo isósceles con las siguientes longitudes: Estación de RENFE-Estación TRAM: 400 metros, Estación TRAM-Estación Autobuses: 1.000 metros, y Estación de Autobuses- Estación de RENFE: 1.000 metros. ¿No las podrán haber acercado algo más?
El debate de las lanzaderas se remonta a 2014 y nunca llegamos a entender que se llegara a suscitar, quizá porque el debate no tenía razón de ser, aunque servía, en aquellos tiempos, para distraer al público en general. Me viene a la memoria, que llegue a pensar que la elevación de categoría de una mera autorización administrativa, terminase con la implantación algún tipo de alcabala o fielato que penalizase al tráfico de pasajeros que circula por el municipio.
A veces, si nos informamos, podemos explicar mejor las cosas; así que entramos en la web de RENFE para ver los horarios del AVE desde Madrid con Alicante y viceversa, comprobando que en un día laborable se prestan 13 expediciones de ida y 13 expediciones de vuelta; al revisar estos horarios comprobamos que estos servicios de lanzadera van a significar que un autocar realice una entrada y una salida, cada hora y media, desde y hacia la Avenida de Salamanca, entre las 6 de la mañana y las 12 de la noche. Sin necesidad de conocer la IMD de la avenida, ¿dónde está el presunto caos, que desde el Ayuntamiento se dice, que se va a generar con una entrada/salida de autocar cada hora y media?
Cabe preguntarse si la empresa concesionaria del transporte regular en autobús entre Alicante y Benidorm se ha preocupado realmente de gestionar un billete combinado ferrocarril-carretera con RENFE, y de ofrecer expediciones a horarios adecuados para que dicha combinación sea efectiva, que solo estarían sujetos a simple comunicación a la consellería y a la simple autorización de una parada adicional, sobre lo que el Ayuntamiento no tendría competencias si la nueva parada se hace en un recinto cerrado, dentro de la estación de ADIF.
Y si no lo ha hecho así, también puede ocurrir que sea la propia empresa de autobús, a la vez concesionaria del servicio por carretera Benidorm -Madrid, la que no pone demasiado interés en ello, pues la mejora de este servicio combinado ferrocarril-carretera no deja de ser una competencia para sus servicios directos por carretera entre Madrid y Benidorm. O simplemente, que la propia empresa concesionaria ha considerado que este servicio de lanzadera no es rentable.
Con todo lo dicho, a lo peor, se está dando una transcendencia mediática a un tema que tiene una explicación tan simple como la expuesta. Y, a lo peor, el Ayuntamiento sigue enzarzado en un debate abierto que no conduce a ningún sitio.
